Definitivamente no era muy inteligente hacer una fiesta en un lugar como ese y menos un martes a las 6 de la tarde, la barra ni siquiera estaba abierta y Jaemin, dios me perdone, necesitaba un trago.
Feliz cumpleaños, Ning Ning~
Eso estaba escrito en un cartel gigante en la entrada, el chico hizo una mueca y se adentró más al salón. Ya era la 8va vez que se preguntaba a sí mismo ¿Qué rayos estaba haciendo ahí? ¿Por qué rayos querían sus padres emparejarlo con aquella pequeña? Tenía que admitir que, al menos, aquella familia tenía dinero, pero no creía a sus padres capaces de buscarle un amorío solo por bienes económicos.
— ¡Jaeminie! — la voz de la quinceañera se hizo presente, en menos de un segundo tenía a la chica al lado suyo — me alegra mucho que vinieras, realmente tu presencia hace mejor esta horrible fiesta.
— ¿Horrible?
La chica asintió con indiferencia.
— Papá me obligó a hacerla — se encogió de hombros — por favor, ni en sueños hubiese escogido hacer una fiesta de cumpleaños, y menos un martes, y claramente no soy la más emocionada de que mi DJ sea mi primo de Incheon. Y aquí entre nosotros — la niña se acercó al oído del chico para susurrarle — a mi si me hubiese gustado que la barra estuviese abierta, porque al menos con un trago podría pasar esta amargura. Pero bueno, todo sea por complacer al pastor, ven te presento a mis amigas.
Jaemin sonrió, tal vez si podría llevarse bien con la "tímida" niña.
Ning Ning había pasado toda la siguiente media hora alardeando a sus amigas que salía con un chico universitario, Jaemin simplemente fingía no escuchar todas las estupideces que salían de las bocas de aquellas 10 pre-adolescentes en la mesa de al lado. Se estaba comenzando a aburrir, de fondo se escuchaba una alabanza cantada por una señora mayor, ya estaba cansado de todo eso, definitivamente esa sería la última vez que dejaba que sus padres hiciesen de cupido.
Se levantó de su asiento con desdén, caminó despacio lejos del salón social, había tenido un largo día en la universidad y tener a su madre cantándole "Dios está aquí" al odio no era su prioridad. No había visto al profesor Lee en todo el día y habria pasado completamente desapercibido si no hubiese sido por su estúpido compañero Wooseok que se las arregló para molestarlo.
Los baños no estaban lejos, pero antes de poder adentrarse en ellos escuchó varias voces, se encogió de hombros, no le importa tener que lidiar con más jovencitos, de todas formas ya se encontraba en esa situación.
— A ver Lele ¿Por qué siempre tienes que ser tú el cobarde? — un chico de cabello negro le apretaba el hombro a un chico de cabello castaño.
— Ya basta Yuta — el segundo miró a Jaemin quien ahora procedia a lavarse las manos — no es momento, mejor salgamos.
La cadena de uno de los baños sonó y del mismo salió una vez que Na reconoció de inmediato.
— No sé que te sorprende Yuta, siempre hemos sabido que Chenle hyung es un puto niño todavía.
— ¡Respeta a tus mayores!
— Que te den — dijo por fin saliendo.
Jaemin se quedó congelado al ver al chico dueño de aquella voz, Renjun.
— ¡Hey! Pero si es Nana — lo que antes había sido una demandante e irreverente voz ahora era un adorable canto.
— ¿Lo conoces?
— Si hyung, llevamos tiempo hablando — una pequeña risita se escapó de los labios de aquel niño — sabía que Ning Ning te había invitado, pero pensé que no ibas a venir, ya sabes, como está medio loca por ti.
Jaemin asintió sin saber qué decir, hace menos de 5 minutos había visto una faceta completamente diferente del angelical chico de la iglesia.
— Renjun-ah creo que a tu noviecito se le comieron la lengua los ratones.
— No es mi novio Yang Yang, no seas envidioso y mejor metete eso en la boca rápido.
— ¿Eso? — Jaemin por fin se atrevió a hablar.
— Ah si, es LSD, esta fiesta es una mierda, pensábamos salir al jardín y divertirnos un poco ¿Te apetece?
— Yo paso — dijo mordiéndose el labio interior.
— Renjun perdemos el tiempo con él, es obvio que es un angelito — dijo Yuta ya cansado de la escenita.
— Callate un poco Yuta, el chico vale la pena, además que tiene buen gusto en la música — el menor lo miró y le guiñó un ojo.
¿Huang Renjun le había guiñado el ojo?
— Como sea yo me voy ¿Renjunie, vienés?
El nombrado miró a Jaemin, este jugaba nerviosamente con sus manos.
— Hoy no hermano, me quedaré un rato más.
Y los otros dos chicos salieron del baño.
Renjun miró a su amigo que estaba de espaldas, frunció el ceño y sacudió su cabeza, tenía que sacar aquellos descabellados pensamientos de su mente, él sabía que Jaemin no era ese tipo de chico.
— ¿Te molestaron mis amigos?
— Para nada, me dieron igual.
— ¿Entonces por qué no quisiste ir?
— No me drogo Renjun, no encajaría.
El menor soltó una risa — tienes razón, estar solo con 3 chicos drogados no es tan divertido. Aunque ya quisiera tener los 18, al menos así sería menos ilegal.
Jaemin asintió pero no dijo más nada, no es como si tuviera algo más que decir, estaba impresionado por lo que acababa de presenciar y ya no sabía qué pensar del menor.
La luz tenue del baño iluminaba los dos cuerpos, el menor se acercó cuidadosamente, sabía que a este punto cada movimiento suyo representaba una posible alerta para su mayor. Sus manos se posaron alrededor de la cintura del otro chico y la rodeó cuidadosamente, tan delicado, tan tímido y tan despacio, como si aquella acción determinaba si vivía o no, y entonces una vez concluyó con ello posó su barbilla en el hombro del chico.
Y se dijo a sí mismo que abrazar a Na Jaemin es probablemente lo mejor que le a pasado en semanas.
— Realmente me agradas, Nana.
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Del poliamor y otros pecados del Catolicismo ≤NoReMin≥
FanfictieNa Jaemin siempre ha sido obediente a sus creencias, y su religión no le permite salir con chicos. Y el verdadero problema llega cuando él de enamora de dos. ⊹ 🌱˚ Adaptación autorizada, todos los créditos a la autora original @BabyofCalum ¡Muchas...