Capítulo 32

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Un secreto más.

Verónica Rausell.

Lo que más anhelaba en la vida era que el señor que tenía justo frente a mí pagara por todo el daño que mi hizo, por los maltratos que mi madre resivio. Por subestimarme y creerme menos por ser Bisexual, por ser esa típica persona que te miraba por encima del hombro si no le llegabas a su altura.

- ¿Ahora por qué lloras?- preguntó mi padre cuando me vio llorando en mi habitación.

- Mao, morirá dentro de poco.

Me encontraba vulnerable y en ese momento solo quería que recogieran mis piezas y me armaran nuevamente y pensé por un segundo que mi padre vendría y me abrazaria pero fue todo lo contrario.

- Desde que se esta muriendo- dijo con algo de ironía - Todo es un show de una adolescente para llamar la atención ya que los padres que tienen no le han puesto carácter, deja de llorar que por amistades como ella es que estas así de débil. De paso de lesbiana, débil, no sirves para nada.

Yo solo quería ser aceptada, quería volver hacer su pequeña pero mi padre ya no fue el mismo desde la desaparición de Brenda y yo tampoco.

Ser homosexual, pan sexual, bisexual, transexual y demás orientaciones sexual que exista no debe ser un problema. No estamos enfermo, esto no es una enfermedad, no nos tienen que ver como "bichos" raros cuando vamos tomado de la mano con alguien de nuestro mismo sexo. Amamos igual, sentimos igual, pensamos igual y no por eso nos tienen que discriminar. Yo me siento orgullosa por ser lo que soy, me siento bien amar dos cuerpos tanto hombre como mujer. No le veo nada malo, porque yo no voy por la vida mirando aquella persona de piel más oscura para luego criticarla, no voy observando aquella persona que acaba de perder su cabello por una enfermedad que creemos que es terminal o discriminando a las personas que le falta una extremidad en su cuerpo. Yo te sonrio a ti persona que ha pasado por un accidente trágico y quedó en sillas de rueda, te sonrio a ti joven que vive en su habitación por intentar de controlar su ansiedad y pensando que eres débil para la sociedad solo porque te lo dicen personas que no aportan nada bueno para ti, yo te creo y así como te creo tengo fe de que saldrás de esta.

Todos tenemos problemas y cada uno es diferente al otro, no somos débiles por querer llorarlo simplemente es la única forma de recordar que aún sentimos apesar de las batallas fuertes que vivimos cada día.

Se que has salido de ese calabozo donde pensaste que nunca ibas a salir y en ese mismo calabozo me encuentro yo, se que voy a salir se que voy a volver a brillar, los monstruos están desapareciendo uno por uno y tengo esperanza de que más allá de matar personas y ver sangre en mis manos hay algo bonito esperándome porque vuelvo y repito yo no quería esto, no quería ser lo que me convertí pero todo paso tan rapido que no me dio tiempo de procesarlo pero que ahora todo se comienza a nivelar a mi favor.

- ¡¿Es que acaso no respetas mi casa?!- preguntó mi padre cuando entró de golpe a mi habitación y me encontró besandome con Lili.

- Padre, déjame explicarte - me levante rápidamente y le hice señas a Lili para que se fuera.

Lili, salió disparada de la casa y ahora me encontraba frente a frente con mi padre que de seguro aún no sabía que Brenda estaba aquí ya que mi padre siempre que llegaba a casa revisaba mi habitación a ver si me encontraba allí y así descargar su maldita ira. Era prácticamente un hobby para él.

Latidos infernales [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora