1

1.2K 226 80
                                    

Con la visita de Ukyo y Yo en las costas del extremo norte de Australia, no solo obtuvimos una dotación de maíz de EEUU, también regresó a Senku el arma que nos ha condenado y salvado como humanidad múltiples veces.

Esa noche, estábamos reunidos escuchando la explicación de porqué la medusa que conseguimos en la isla del tesoro funcionaba a diferencia de las de Sudamérica, cuando Senku cambió el rumbo de la conversación.

— Con una medusa en funcionamiento en nuestras manos tenemos... —tragó saliva—. El componente clave para llevarnos en el cohete.

Suika y Chrome se miraron entre ellos, sin comprender a qué se refería con esas palabras. Él continuó:

— No podemos saber cuándo el "hombre del why" podría lanzar otro ataque petrificador contra el planeta. Así que no hay tiempo que perder. Para esta misión en la luna... —elevó su vista—. No tenemos tiempo para construir una nave de regreso.

— Así que no importa el resultado de la batalla contra el "hombre del why" —agregó Ryusui—. Quien viaje en la misión de la luna no volverá a la tierra, ¿me equivoco?

Absolutamente todos quedamos perplejos, sin saber que decir a lo que acababan de revelarnos nuestros dos generales. Porque sabíamos, aunque ellos pretendieran dejar abierta la posibilidad, que ellos serían los elegidos para emprender esa misión suicida.

Senku dio un paso al frente.

— En el futuro, la humanidad seguirá progresando hasta que los viajes a la luna sean un paseo. Aquellos que hagamos el viaje a la luna: el científico, el guerrero y el piloto, tendrán que petrificarse con el dispositivo de la medusa —hizo una pausa—. Esta medusa funcional es nuestro billete de ida... Para el viaje a la luna.

Nuestras miradas se cruzaron y pude leer lo que en ese momento pasaba por su mente. Senku sabía que estarían allí, en la superficie de la Luna, esperando por años, décadas e incluso siglos a ser rescatados.

Y que lo más probable, sería que no nos encontrara a su regreso.

⁜⁜⁜

Después de la conmoción por la noticia, todos regresaron a sus alcobas en el Perseo para dormir, tratando de asimilar que a partir de ese momento tendrían que trabajar a sabiendas de lo que implicaría ese viaje. Pero yo preferí salir a la cubierta, sintiendo un leve picor en la nariz por la sal del océano que se extendía en el horizonte, rompiendo sus olas bajo el cielo nocturno.

Entonces, escuché unos ligeros pasos que se detuvieron junto a mí, contemplando el mismo paisaje.

— No pensé que fueran a ponerse tan melancólicos —sonrió Senku, viendo al frente—. Sólo espero que no se pongan a llorar cuando llegue el día de irnos.

— Fufufu~ es lo más probable que ocurra, Senku-chan.

Sentí un escozor en mis ojos. Se debía al agua salada ¿cierto? Porque no quería aceptar que a mí también me dolió escuchar esa noticia, estaba totalmente fuera de las expectativas que tenía para todos en el Reino de la Ciencia.

Para nosotros.

— Sólo vine para decirte que no te quedaras mucho tiempo fuera, mentalista. Volveré dentro, tengo cosas que hacer.

Se separó del borde y dio media vuelta para caminar rumbo a la escotilla. Sus pasos retumbaron en mis tímpanos, para luego unírseles otro par; mi cuerpo se había movido solo, yendo detrás de Senku. Recargué mi cabeza en su espalda, apretando fuertemente la capa que con tanto esmero hizo Suika para él.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Saturn / SenGenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora