Mi madre siempre me dijo que un pequeño error en mi minuciosamente planeada y detallada vida podría desencadenar en un caos.Nunca pensé que ese sobreprotector consejo maternal podría llegar a ser tan literal, al menos no hasta ese día.
Porque vamos, solo quería ver a mi madre en el trabajo, nunca me imaginé que en un abrir y cerrar de ojos estaría en la celda de dos de los presos más peligrosos del Seúl bajo sus atentas y felinas miradas.
Y bueno, el resto...,es un caos.
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