El pequeño Hyunjin sentía cosquillas en su pancita aquella soleada mañana. Sería su primer día en un nuevo kinder, por lo que, tanto el entusiasmo como el nerviosismo estaban combinados dentro de sí.
Los ánimos que le daba su mamá de camino al lugar lo mantenían de buen humor, pero no pudo evitar sentir sus ojitos húmedos y su labio inferior sobresalir, poniendo expresión triste al ver cómo su mamá lo dejaba en aquel salón y después se marchaba.
No prestó mucha atención a la maestra que le indicaba dónde sentarse, debido a que otros niños comenzaron a llegar, así que rápidamente pasó su bracito por su rostro para eliminar cualquier evidencia de llanto.
Cuando la clase estaba completa, la profesora lo hizo pasar al frente para presentarlo ante sus nuevos compañeros. Después ella fue repartiendo libros para colorear a cada alumno, y les pidió que intentaran no salirse de las líneas al pintar.
Y como las mesas tenían dos asientos cada una, Hyunjin quedó junto a un niño más bajito que él, que usaba una pequeña boina que le daba un aspecto muy adorable.
—¿Cómo te llamas? —le preguntó Hyunjin.
—Yongbok —respondió con timidez, mientras levantaba la vista del pollito que estaba coloreando de amarillo.
—¿Cuántos años tienes?
—Cumplo cinco en septiemble —mostró el número con sus deditos—. ¿Y tú?
—Yo ya tengo cinco —sonrió orgulloso—. Y ¿qué animales te gustan?
—Umm, cleo que todos... Aunque más los gatos y los pelos.
—¡Ah! Yo tengo un pelito, se llama Kkomi. ¿Lo quieles vel? Lo puedo dibujal.
—¡Sí! —se entusiasmó.
Hyunjin buscó su estuche dentro de su mochila, pero frunció el ceño al no hallarlo.
—Cleo que no tlaje mis clayones —hizo un puchero.
—Te puedo plestal los míos —ofreció Yongbok.
—¿De velas? ¡Glacias! —sonrió—. Solo necesito neglo y café.
—Está bien —el pequeño le tendió las crayolas, y Hyunjin pronto terminó su dibujo.
—¿Qué tal? Es bonito, ¿veldad?
—Sí, dibujas muy bonito —los ojitos de ambos brillaban de contentos.
En eso, habló un compañero que estaba en la mesa de al lado.
—Hey, Yongbok, ¿te salpicaste con la leche chocolatada hoy?
—No, ¿pol qué? —contestó inocente.
—Polque tienes manchada la cara —se burló, haciendo alusión a sus pecas.
Yongbok se volteó, cabizbajo, mientras el otro niño reía.
La maestra entonces pidió que a continuación mostraran uno por uno desde sus asientos lo que habían coloreado, y después irían a recreo. Luego de eso comenzarían a estudiar el alfabeto.
Yongbok pidió permiso para ir al baño, así que no estuvo presente al momento que le tocaba mostrar el pollito que pintó.
Cuando salieron al recreo, Hyunjin pensó en mostrarle a Yongbok su juguete favorito: un dinosaurio de plástico que llevaba a todos lados. Pero no lo veía por ninguna parte, y recordó que se había ido a mitad de la clase.
Fue entonces donde la profesora, a preguntarle dónde estaba el baño, y se dirigió allí.
Y al entrar vio a Yongbok frente al espejo y el lavamanos, frotando su rostro con fuerza con agua y con jabón.
Hyunjin frunció sus cejas, confundido.
—¿Qué haces, Yongbok?
El pequeño se sobresaltó al notar la presencia de su compañero.
—Ah, Hyunjin... Solo quielo quitalme estas manchas de la cala... No me gustan.
—¿Eh? Pelo yo pienso que son bonitas... —se acercó.
—No es cielto. Son feas, y nadie más las tiene. Solo me molestan a mí... pol eso no las quielo —continuaba tallándose las mejillas.
Hyunjin se quedó pensativo, y después, sin decir nada, salió a toda prisa rumbo al salón de clases.
Se acercó al escritorio de la maestra, buscando un marcador o un plumón. Sus papás solían decirle que fuera amable con las personas, y Yongbok había sido amable con él al prestarle sus crayones y al elogiar su dibujo. Consideraba lo que estaba haciendo, un acto de amabilidad.
Cuando llegó de nuevo al baño, caminó hasta estar junto a Yongbok, y lo tomó por las muñecas.
—Deja de hacel eso, Yongbokkie. Mi mami siemple dice que debes quelelte como eles, y tus pecas no son feas. Si te lavas tan fuelte te puedes lastimal... Esto es pala que no seas el único que molestan pol tenel manchas en la cala.
Una genuina sonrisa apareció en el rostro de Hyunjin, pringado por un montón de puntos hechos torpemente con el plumón para pizarra.
Los ojitos de Yongbok se empañaron, y, sin saber muy bien cómo reaccionar, su primer impulso fue abrazar a Hyunjin con fuerza.
Era la primera vez que alguien le decía algo así, pues ni la profesora ni sus padres estaban enterados de las burlas que recibía. Pero le pareció aun más significativo el que Hyunjin se hubiera manchado el rostro solo para que él no se sintiera mal.
En realidad no llevaba ni un día de conocerlo, pero aquel dulce niño se había ganado su cariño en tiempo récord.
Hyunjin incluso había pensado en pintarse esos puntos todos los días hasta que Yongbok sintiera más confianza, pero quizá ya no sería necesario.
—Cleo que el lecleo ya va a acabal pelo, ¿quieles il a jugal? —dijo el más alto.
Yongbok intentó secar su mojado rostro con las mangas de su uniforme, y sorbió por la nariz.
—Sí quielo —su carita quedó iluminada por una tierna sonrisa.
Hyunjin tomó la pequeña mano de Yongbok y salieron juntos al patio.
Aquel pequeño pero valioso acto marcaba el inicio de lo que sería una preciosa amistad.
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Pecas ⇢Hyunlix⇠
Fanfiction-Yo cleo que tus pecas son muy bonitas, Bokkie. ✯ Oneshot ✯ AU infancia ✯ Fluff/soft