Capítulo 8

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El día pasó volando dando lugar a la cita concertada en la noche con Riyu e Iwao.

Gray miraba ansioso a Juvia, la miraba cada vez que podía, se moría por estar con ella a solas, besarla y encontrar la valentía que le hace falta para mostrarle su amor mediante los cristales que creó. Además, quería dejarle claro que para él no es una compañera, que le gustaría que fuesen pareja.

Ella le devolvía cada mirada con una sonrisa. Estaba más que feliz. Dos noches seguidas con Gray, ¡y se besaron!, ¡varias veces!, ¡eso es demasiado! Cualquier día se le saldría el corazón del pecho. 

En la mañana, Gray se asustó porque Juvia no estaba con él en la cama pero se calmó al verla cocinando y preparando el desayuno para ambos. Medio dormido y frotándose el pelo le dio los buenos días robándole un beso corto, no habían pasado ni 24 horas sin besarla y ya echaba de menos hacerlo. A partir de ahora, podrá hacerlo siempre que quiera, claro que antes debía aclarar algunas cosas, como el tipo de relación.

Ella le respondió con un gran sonrojo pues él solo se encontraba en bóxer.

¡¿En qué momento se desvistió?! Según Juvia había pasado así la noche y no pudo evitar reírse.

Luego le agradeció por quedarse y por el desayuno, muy rico. Con ello, se ganó un beso en la mejilla. Juvia casi se desmaya, ¡muchas emociones!, si hubiese girado la cara, ese beso sería ¡en sus labios! Infló los mofletes al pensar en ello después de que ocurriera. A él le encantaba verla enojarse y se rió. Eso sorprendió a Lockser, no es muy común que Gray actúe tan abiertamente.

Se pasaron el día molestándose, sobretodo él hacia ella, para luego ella robarle algún beso y viceversa. Parecían dos adolescentes en pleno inicio de relación de su noviazgo, bueno... es que lo eran, sin definirlo con palabras.

Gray le revolvió un poco el cabello y la llamó "pequeña loca". Acto seguido, fueron al gremio como cada día. Allí transcurrieron su día, cada uno con su grupo de amigos lanzándose miradas de vez en cuando. Gray le lanzaba bromas a distancia hasta que Natsu se metía con él y empezaban alguna pelea. Juvia se pasó el día sonrojada producto del efecto que produce el azabache en ella.

Llegaron a la casa de Iwao, estaba camuflada en mitad del bosque. Juvia emocionada por conocer a un pariente suyo no podía esconder su nerviosismo, mientras que Gray se encontraba indiferente a la situación. Conocer a ese tal Iwao le daba más o menos igual. Solo quería estar con la maga, aunque claro si ese señor iba a ser pariente suyo mejor que se lleve una buena impresión de él, ¿no?

Tocaron varias veces la puerta y el anciano les abrió gustoso con una gran sonrisa.

-Bienvenidos – Sus ojos se posaron en la mirada atenta de Juvia – vaya... tengo una nieta muy linda.

Riyu lo saludó, Juvia igual pero siendo un poco tímida y Gray se presentó. Iwao les sonrió dulce. Desde ese momento, parecía que Juvia e Iwao se llevaban como uña y carne, comenzando con una animada conversación.

La pequeña casa tiene una decoración sencilla e incluso parece antigua, tiene lo justo y necesario.

-Gray-sama, en el futuro quiero una casa así – Le dijo sonriente.

-¿Eh?, ¿Y por qué me dices eso? – Respondió paralizado por la vergüenza.

Claro que quería salir con Juvia, pero paso a paso, ni siquiera han hablado del tipo de relación que tienen ¡y ya le está diciendo qué casa quiere tener! ¿Qué más?, ¿Cuántos hijos?, ¿Tres?, ¿Cuatro? Gray sudó, ¡Qué agobio!

Se agobió él solito.

-He preparado té – Comentó Iwao – imagino que Riyu les ha hablado de mí – se sentó en el sofá.

Connections - GruviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora