La felicidad ciertamente es subjetiva, es un estado de plenitud al que todos queremos llegar; sin embargo, es algo complicado para muchos, pues en la vida de todos se encuentran diversos obstáculos que lo hacen casi imposible alcanzar, pero... ¿Qué...
Por alguna razón, Beomgyu estaba más hiperactivo de lo normal. Desde que entró corriendo a la biblioteca conmigo, no paraba de decir que tenía que decirme algo súper importante... y bueno, me terminó arrastrando de vuelta a casa cuando le dije que me contara estando ahí.
No me sorprendo tanto, es algo peculiar su forma de ver el mundo y no soy nadie para juzgarlo... bueno sí puedo juzgarlo, pero eso no se lo digo por obvias razones.
– Bien, ahora sí ¿Qué querías decirme?– lo miré mientras dejaba mis cosas sobre mi escritorio y él comenzó a dar saltitos de emoción.
– ¡Es cierto! Tyunnie~ ¡ya descubrí cómo hacer que estés feliz!– expresó eufórico, pero no pude evitar mirarlo confundido mientras enarcaba una ceja.
–¿A qué te refieres con eso? Exactamente...–
– Pues... ¡No te puedo decir! Eso sería arruinar la sorpresa y creo que a nadie le gusta que les arruinen las sorpresas. – hizo un puchero mientras se cruzaba de brazos y yo suspiraba.
¿Cómo le digo que odio las sorpresas? En fin.
– Como te decía, lo único que te puedo decir es lo que vas a hacer ¿okay? Escucha con atención– no tengo ni idea de si era un juego o no, pero de igual modo lo escuché – Apenas llegue ese día vas a ir súper guapo, o sea, siempre lo eres ¡Pero mucho más! Luego, vamos a ir a la zona de las fotos y te vas a sentar en el lugar que yo te indique–
– Bueno... ¿Y?– me miró confundido– ¿¡Es todo!? ¿Cómo eso va a hacerme feliz si es exactamente lo mismo de siempre?– sólo se comenzó a reír, maldito mocoso.
A veces realmente colma mi paciencia.
– Es que no te puedo contar más, sólo haz eso ¿Sí? Te prometo que voy a estar contigo en todo momento, pero por favor~ hazlo– dije que colma mi paciencia... y realmente lo hace, pero si me mira así, con ojitos de perrito abandonado, no puedo decirle que no ¿Verdad?
– Bien, pero cuidadito te me alejes, porque acabas como Tinker Bell con un ala cuarteada– merecía una amenaza, valió la pena ver su cara de que se la creyó.
Supongo que no hace mal creer en él, se supone que es un "hada" o algo por el estilo, ¿qué podría salir mal?
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