ADVERTENCIA: Contiene contenido explicito (relaciones sexuales), lee bajo tu propio riesgo.
En la habitación hacia calor, hacia el calor más delicioso que jamás había sentido.
Allí, sentado él solo, en su amplio escritorio, se estremecía ante las ideas y los toques que, armonizándose entre sí, lo arrastraban a un estado de éxtasis total. Estaba hecho un desastre, babeaba con la boca medio abierta, y con una mano; en la que tenía agarrada también la parte del cuello de una chaqueta ajena a la suya, se cubría ligeramente su embocadura para que no dejara escapar ningún ruido obsceno que pudiera delatar el pecado que cometía
¿Qué si creía que era pecado masturbarse? No, no lo creía, y la definición de pecado para el jefe de la mafia implicaba algo mucho más crudo que su propio ser; cosa totalmente imposible a su parecer. Pero hacerlo pensando en alguien, pensando en él, mierda, eso sí era algo malo. Malo para sí mismo, malo para su cordura, malo para su orgullo; pero bueno, como amaba romper las reglas.
—Ngh! Ah...— Sus dedos entraban, y salían rápidamente, simulando las embestidas del coito. Las prendas inferiores en el piso y se recostaba en la silla; sus piernas abiertas en forma de v dejando ver su entrada totalmente lubricada.
Si alguien entrara, sería su fin; su imagen de jefe seria dañada, y solo el cielo sabrá que más rumores esparcirían de él por toda la organización. Y, aunque el rumor no fuera lo más preocupante, como mínimo debía hacer que sus subordinados le tomaran en serio; cosa que no sería posible si supieran lo que hacía como una rutina cada tarde que tenía medio libre.
Ya era hora, su miembro se ensanchaba más a cada momento, y en cualquier momento culminaría con el orgasmo que tanto deseaba. Como si fuera una droga, olio la chaqueta que tenía cerca de sus fosas nasales, embriagándose y perdiéndose en el perfume fino que aún se podía percibir. Era un hoyo en el que caía siempre, un hoyo del que no podía salir y pronto se volvería loco.
Una, dos, tres embestidas.
Se corrió permitiéndose soltar un único gemido, corto y seco, pero lo suficientemente placentero como para ser la corona de su embelesamiento.
Soltaba suspiros entrecortados, con el fin de recuperar el aliento que se le había escapado en la reciente actividad, y en medio del aturdimiento, apretó los ojos al sacar sus dígitos de su entrada húmeda y palpitante.
—Mierda...— soltó en un suspiro mientras veía el desastre que había hecho. Se había dejado llevar tanto que no pensó en que haría con el desorden que se formaría; su semen se había esparcido por todo lo que estaba cerca, el piso, el escritorio, su ropa, aunque eso quedaba corto si teníamos en cuenta que la chaqueta de la que no era dueño también estaba empapada.
"Oh si, genial, déjate llevar Dazai, decía. Sera divertido" maldecía internamente ante la incertidumbre. No obstante, no se arrepentía de nada.
Luego de unos minutos en los que había planeado, inicialmente, reposar para seguir consolándose a sí mismo luego, opto por mejor dejar su rutina ahí, pues tenía que pensar en cómo explicaría; uno, la desaparición de la prenda; dos, la demora de su retorno, y tres, por qué olería a jabón barato y no a perfume como se suponía que debía oler.
"Supongo que es mejor a entregarla en su estado actual" Pensó el castaño mientras la dejaba a un lado y se arreglaba de nuevo.
Posteriormente, el tiempo de la tarde voló; con todo lo que tenía que hacer no tuvo tiempo de disimular y limpiar decentemente la chaqueta, así que se limitó a "esconderla" en uno de los cajones de su escritorio. Las horas pasaban, y el recuerdo de la chaqueta se hacía cada vez más difícil de distinguirse. Llegaba ya la noche, y su mente abandono los pensamientos eróticos que había tenido durante el día, para reemplazarlos por documentos, solicitudes, encargos, entregas, o problemas que tenía la Mafia portuaria. Salía de vez en cuando de su oficina, a reuniones o hablar directamente con alguien, pero la labor que había adquirido hacia la prenda ya no era nada más que un recuerdo. Simplemente, se le olvido.
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♥STOLEN JACKET♥ (Chuuzai lemon)
FanfictionEl demonio es seductor, audaz y bastante persuasivo ¿Crees realmente que hay forma de escaparte de sus garras? No, existe forma terrenal de hacerlo y lo sabes, mucho menos sabiendo que es el jefe de la organización mas tenebrosa de la ciudad. Beast...