2. El chico del bosque

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El chico rubio despertó casi al amanecer, completamente desorientado y asustado al verse restringido y en un lugar extraño. Al par de minutos, entra Deaton, poniendo en alerta al muchacho, que aún atado a la camilla intentó alejarse de él. Seguido del druida, entraron Scott y Derek, y a estos les gruñó al momento que su olor le llegó a la nariz, mostrando de forma amenazante sus dientes afilados y haciendo brillar sus ojos.

—Saludos.— dijo el druida viendo al chico que puso sus ojos en él por sólo un segundo, para luego enfocarse en el par de lobos, a quienes vio con molestia.

—Tenemos algunas preguntas que hacerte.— Comenzó Scott parándose junto al druida con su vista puesta en el rubio.

—¿Quién eres y qué haces aquí?— preguntó Derek viendo con su expresión molesta de siempre al muchacho en la camilla, pero en lugar de respuestas, sólo obtuvieron gruñidos de su parte, a la vez que forcejeaba para liberarse, y al no conseguirlo, se prendió fuego y las escamas comenzaron a cubrirlo. Sin embargo se detuvo al ver a Stiles asomarse por las puertas, relajando un poco su rostro. Cuando los demás lo notaron voltearon a verlo con cierta molestia, especialmente Derek.— ¡Stiles! ¡Te dijimos que te quedaras afuera!— pero el castaño lo ignoró, mirando al chico rubio, quien soltó un suave suspiro y mostró una leve sonrisa al verlo entrar a la habitación— Ve afuera.— dijo el alfa Hale tomando del brazo a Stiles para sacarlo del cuarto, y cuando el rubio vio esto, volvió a gruñir, prendiéndose fuego por completo, quemando la manta en el proceso, cubriéndose de escamas y cambiando las características de su rostro a las que se asemejaban más a las de un reptil. En ese estado comenzó a forzar las cadenas, hasta que por la fuerza y el calor estas cedieron, y al verse libre enseguida intentó levantarse de la camilla, pero fue rápidamente rodeado y rociado con un extintor que lo apagó momentáneamente y fue nuevamente recostado por los dos alfas, a la vez que luchaba por soltarse y acercarse al humano que lo veía entre sorprendido y curioso, más lo que más hacía era gruñirles, hasta que Deaton le lanzó un polvo violeta a la cara, aturdiéndolo lo suficiente para que bajara sus defensas y se destransformara un poco, permitiendo que le inyectara veneno de kanima en el cuello, lo que lo mantrendría quieto por un tiempo, evitando así un posible ataque. Al verse atrapado, el chico gruñó y vio con molestia al druida y a los lobos, viendo con una mirada de súplica a Stiles, que lo vio extrañado, y se acercó unos pasos a la camilla.

—Stiles.— lo llamó Scott en un intento de advertirle del peligro, pero él lo ignoró, viendo la cara del rubio iluminarse con una linda sonrisa, sin embargo al tenerlo un poco más cerca pudo olerlo, su sonrisa se borró y en su lugar se dibujó una expresión de confusión y miedo en su rostro. Scott tomó a Stiles del brazo y lo alejó de la camilla, dándole sitio a Derek para acercarse.

—Bien. Ahora contestarás nuestras preguntas.— habló el Hale cruzándose de brazos viendo al rubio con el ceño fruncido tan habitual en él— ¿Quién eres y qué haces aquí?— pero el chico sólo veía a todas partes a la vez que su respiración y pulso comenzó a acelerarse— ¿Qué eres? ¿Por qué quemaste el bosque?— para ese momento el chico está hiperventilando y siendo presa de un ataque de pánico— ¡Responde!

—¡Derek, basta!— le gritó Stiles, haciendo que todos lo miren algo sorprendidos— Está teniendo un ataque de pánico.— y tras decir eso sin pensarlo dos veces se acercó al joven rubio, y quitando a Derek del medio, puso sus manos en sus hombros. El menor tenía los ojos cerrados mientras temblaba y sus garras y afilados dientes salían a relucir.

—Stiles, aléjate de él.— le habló Scott, pero fue ignorado y continuó con su plan de clamar al chico.

—Hey. Hey, mírame. Vamos, mírame.— dijo apretando sus hombros suavemente para llamar su atención, logrando que abriera los ojos y lo mirara, mostrando sus escalofriantes ojos brillando, pero Stiles no sintió miedo al verlos— Estás bien, estás a salvo. No vamos a hacerte daño. Cálmate.— el chico hizo contacto visual con él, y Stiles le sonrió para ganarse su confianza, pero seguía respirando demasiado rápido— Sigue mi respiración.— dijo haciendo su respiración pausada, el menor lo miró y frunciendo un poco el ceño luego de unos segundos comenzó a imitar la respiración de Stiles con un poco de dificultad al principio, hasta que tras hacerlo por un cierto tiempo, pareció calmarse, ya que retrajo las garras, sus dientes volvieron a ser humanos y sus ojos regresaron a ser marrones. Los temblores pararon y su respiración fue normal otra vez, pudiendo ver la sonrisa aliviada de Stiles, justo antes de desmayarse por agotamiento, sorprendiendo a todos en la habitación.

STORIES OF FIRE, WOLVES AND PACKS (PARTE 1 y en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora