4.Matias Hoffmann.

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Me levantó y mi cabeza da vueltas me jode en verdad me jode qué Gabriel supiera de mi antes qué yo a ella, más porqué se supone estoy en cubierto en la zona hay un casó grave de tratas de blancas desde chico ayudó a mí tío con estas cosas ya qué p...

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Me levantó y mi cabeza da vueltas me jode en verdad me jode qué Gabriel supiera de mi antes qué yo a ella, más porqué se supone estoy en cubierto en la zona hay un casó grave de tratas de blancas desde chico ayudó a mí tío con estas cosas ya qué por el hago trabajos en la cía pero qué Gabriel lo sepa me molesta yo ni sabía de ella, lo peor es qué se hizo la tonta y me tuve que presentar como estupido y ella ya sabía de mí.

Entrando al colegio observó a todos espantados entrando a sus salones, es feo porqué sí ya había desapariciones de chicas ahora sumale un muerto en la escuela con mas razón están preocupados, dejando eso de lado voy a paso apresurado pero me detengo al oler a cigarrillo se supone y está prohibido pero solo mis amigos fuman, yo muy poco no me gusta su olor.

Entro al salon en conjunto donde debería estar pero el olor me induce a entrar al aula, pero la única que está sentada al lado de la ventana observando toda la entrada de la escuela es Gabriel qué fuma como hombre con lentes a las siete de la mañana sin importarle nada y lo peor qué es  si quiera se percata de mi presencia qué al abrir la puerta se debió escuchar mí entrada.

Enojado por la situación decido hablar.

-No piensas decirme algo-le digo

-No tengo nada calabacita- dice sin mírame, se qué no debería pero me hace sentir mal, como mujer usada.

-¿Cómo sabes quién soy en la agencia?-le pregunto resentido sentandome a su lado.

-Evita preguntas estúpidas y mejor dime ahora porqué estas enojado rojito-me dice y sonrío inconciente al percatarme qué al menos se preocupa por mi enojo.

-Te importo-digo alegré

-Entraste aporreando la puerta y estoy segura sí hubiera abierto mis ojos antes tendrías la jeta mas arrugada- me dice en burla.

-No es el caso, soy tu amor esto es algo recíproco así qué no te preocupes-le digo desprocupado.

En eso se quita los lentes haciendo que mis bellos se ericen al ver sus preciosos ojos tormenta, quedó en blanco, algo que al instante lo capta porqué me alza una ceja.

-¿Entonces?- me pregunta con una sonrisa de suficiencia.

Recuperando mi hombría y saliendo de sus atrapantes hojos decido contestar.

-Es que tu ya me conocías y yo no sabía nada de ti cómo les voy a decir a nuestros futuros hijos que yo un hombre, tu hombre, no sabía de ti-digo bastante rapido tratando de desviar el tema porqué no quiero tocar ese tema.

En eso ella me acaricia la cabeza calmandome al instante.

-Volaste muy lejos y te enojas por puras estupideces calabaza-susurra lo último.

-Pero soy tu hombre-le reclamo por su actitud.

-Mira rojito tranquilizate cuando te enojas hablas mucho, vamos calabaza no te enfades-me dice algo comprensiva raro en ella.

El misterio de Gabriel -saga resentidos dos-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora