𝕀𝕍𝕐 {Nanami x Lectora x Gojo}

Capítulo 5: I HAVE HELLA FEELINGS FOR YOU

POV Kento:

֍𝟬𝟱 𝙙𝙚 𝙢𝙖𝙧𝙯𝙤 𝙙𝙚 𝟮𝟬𝟭𝟲֎

[7:30 am]

La luz solar se filtra por la ventana de la sala directo a mis ojos, tengo una terrible jaqueca y el fuerte olor del whisky derramado en toda la alfombra abruma mis fosas nasales, la sala de estar nunca había lucido tan asquerosa, pero ahora es un basurero desde que t/n se fue, deje de dormir en mi habitación porque no puedo imaginar lo que sería dormir ahí solo, y la mujer a mi lado no es consciente de que esa es la razón por la que me acosté con ella.

-Oye, levántate, tengo que ir a trabajar-intento despertarla tocando su hombro descubierto, ¿qué demonios estoy haciendo?

Rasco mi cabeza con desesperación, no quiero dejar aquí a una extraña, supongo que eso debí considerarlo antes, me levanto para tomar una ducha antes de tener que ir al trabajo, será un día algo complicado, no me importa cuánto hayan incrementado las utilidades de la compañía, ni cuántas acciones de cualquier empresa se hayan adquirido, sólo quiero quitarme esta sensación de vacío, cierro la puerta del baño con seguro y abro la regadera.

El vapor de la ducha me hace despertar y lavo con energía todo el cuerpo, no quiero recuerdos de la noche de anterior, quiero ver el rostro de t/n otra vez, ¿ella pensará en mí?, claro que lo hace, debe estar maldiciéndome, como algunas veces yo mismo me he reprochado lo mismo cuando me quedo altas horas de la madrugada en un bar de mala muerte embriagándome.

Sólo espero que esté bien, que tenga la paz que nunca pude darle, termino de ducharme y cierro la llave, enredo una toalla a mi cintura, al cruzar por el lavamanos puedo ver que mi imagen en el espejo es deplorable, tengo inicios de barba, mis ojos están teñidos con marcas oscuras, no puedo hacer nada por lo último, pero si por el vello facial, busco todos los insumos de rasurar en la encimera.

Ella solía afeitarme junto a una canción bastante infantil, pero que siempre me hacía sonreír, al esparcir la espuma por mi rostro, tarareo la canción y sostengo la hoja de afeitar débilmente deslizándola sobre mi mejilla provocándome un corte pequeño.

Exhalo todo el aire de mis pulmones y caigo en cuenta de que esa maravillosa mujer dejo una marca en mi vida que el tiempo no va a poder curar, no es sólo nuestra habitación la que esta llena de su esencia, también es toda la jodida casa. Ella esta impregnada en algo tan simple que cualquier hombre es capaz de hacer por sí mismo, pero termino convirtiéndolo en una hazaña que sólo ella puede hacer bien.

Busco el antiséptico en los cajones y un envase de vidrio cae en mi pie.

-Maldición-grito sosteniendo con ambas manos el cajón y tratando de cerrarlo, pero todo se niega a cooperar.

Caigo al suelo, la frustración domina todo mi ser, beber no me ayuda, fumar no me ayuda, el sexo casual no me ayuda, nada funciona, no puedo sacarla de mi cabeza, ni de mi jodido corazón, quiero que este aquí conmigo, quiero despertar con ella, quiero desayunar a su lado, quiero que su rostro sea lo último que vea al dormir, quiero tener planes a su lado.

Pero fui yo y mi ego los que jodieron todo, ni siquiera soy un adolescente hormonal, nada justifica mi error, más que mi maldita insensibilidad, ella merecía que yo fuera más comprensivo, ella paso por algo muy duro y yo no estuve a la altura de lo que ella necesitaba.

Sentado en las frías baldosas del baño principal, con la tina a mis espaldas, rasco mi cabeza tratando de pensar con toda la claridad que puedo reunir después de una gran resaca, tengo que pedir honestamente su perdón, no puedo seguir esperando que ella tomé la iniciativa siempre, es necesario que yo sea quien la busque.