Piruletas

298 27 1
                                    


La vida de jungkook era casi normalmente común, siempre de casa al instituto y de ahí a casa.

Todo entraba dentro del concepto de "tranquilidad" para un adolescente.

Decimos 'casi', gracias a un pequeño pelirosa que acompañaba a Jeon a cualquier parte que fuese. Desde cuando iba a la tienda de conveniencia y se le veía al bajito recargando en el mostrador aquellas grandes mejillas, listo para atenderlo, hasta cuando esperaba fuera de la escuela a su hyung.

Y hoy, no era la excepción.

—Creo que de nuevo vinieron por ti Jungkook.

Se burlaron sus amigos al ver como Jimin brincaba de pie en aquella banca tratando de buscar al pelinegro.

—Ya que te cuidan tan bien ¿Puedes pasarme el número de Jimin? Mi madre está buscando una niñera —se mofó Seok-Jin y solo recibió un golpe como respuesta de jungkook.

—¿Pueden dejar de burlarse? Es solo que... me admira mucho, si, ¡Es eso! —se convencía a sí mismo.

Comenzó a caminar escuchado las risas de sus compañeros a su espalda.

No les daría la razón, pero tampoco le agradaba un tanto ver como aquel niño corría manzanas desde su instituto al terminar las clases, solo para poder alcanzar a jungkook y caminar con el rumbo a casa.

Cuando el pequeño diviso a su admirado más de cerca, solo sonrió tan ampliamente, que sus ojos desaparecieron.

—¿De nuevo aquí, Jimin? —pregunto con una ceja alzada.

—¡Hyung! —bajó de un brinco de la banca y jeon tuvo que bajar la mirada para verlo —Por un momento pensé que te habías ido sin mi.

—Jimin tienes que volver a casa cuando tus clases terminen, si solo vienes a buscarme, perderás horas aquí afuera —le puso la mochila que estaba en el suelo en los hombros al mas bajo y comenzaron a caminar.

—Pero no me importa, prefiero mil veces estar aquí y esperar por hyung, a atender la tienda de papá y la abuela —hizo un puchero de esos que siempre adornaban bien su rostro.

>>Da igual, de todas formas no me hará caso<<

Y de nuevo, ahí estaban. Los dos caminaban rumbo a sus hogares, uno con una expresión neutral y serena y él otro con una sonrisa de oreja a oreja, hablando de un tema tan rápido, que jungkook ya había perdido el hilo de la conversación.

—Es por eso que hoy... ¡Voy a hornearte un pastel! Si, ya lo decidí —se emocionó.

—Jimin, no tienes porque regalarme cosas, o desperdiciar tu tiempo conmigo.

—¡Pero claro que si! Lo hago porque quiero —dijo decidido —, ademas, a mi me gusta mucho hyung.

Jungkook solo se detuvo ante ese comentario. No era la primera vez que se lo decía, Jimin había tomado el hábito de decir cada tanto tiempo, que le gustaba jungkook, que estaba enamorado de él.

Se puso frente al más bajo, evitándole seguir con el paso —Ya hemos hablando de esto, te he dicho que no puedes decir cosas como esas de la nada. Pueden escucharte y te meterás en problemas —tomaba las correas de su mochila —. Sabes bien que no puedes enamorarte de mi.

Jimin no respondió nada y solo estaba ahí, quieto. Pero luego, se abalanzó a los brazos de jungkook y le proporcionó un abrazo.

—No puedo evitarlo, eres muy Bueno conmigo —sintió como sonreía contra su uniforme.

Jeon solo suspiro, dándose por vencido.

>>Le da igual<<

Malvaviscos & fresas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora