4. La manada Hale/McCall

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Con el paso de unas horas la mayor parte de la manada dejó la veterinaria, quedando sólo Stiles, Derek, Isaac y Scott hablando con Deaton.

En cierto momento, Stiles se alejó de ellos y entró a la habitación donde Newt estaba, encontrándolo dormido boca arriba. Se acercó con cuidado y lo tapó mejor con la manta que tenía encima, viendo el rastro de lágrimas secas en su rostro. Le dio algo de pena, debía sentirse tan confundido y probablemente estaba preocupado por su destino. Viendo aquella triste expresión en el rostro del rubio, esperó que realmente hubiera alguien buscándolo, que Deaton estuviera equivocado y hubiera más dragones por ahí, lo que sea con tal de no verlo llorar otra vez, cosa que por motivos que no entendía le estrujaba el corazón.

—Tommy.— le escucha susurrar entre sueños, recordando que había dicho ese nombre la primera vez que lo vio. Debía estar soñando con ese amigo que mencionó antes, Thomas. Apartó un mechón de cabello de su rostro, tocando su mejilla en el proceso, y al contacto el chico sonrió por un momento, haciendo sonreír a Stiles, que se le quedó viendo unos segundos y estuvo decidido a ayudarlo, y lo primero que haría sería conseguirle ropa.

Volvió después de un rato con algo de ropa suya, que fuera cómoda y no tan grande, ya que el chico era más delgado que él, esperando que le quedaran las zapatillas y cargando con ropa interior nueva que tenía guardada por casualidad y aún no había estrenado. Entró en la habitación donde el rubio seguía dormido, o eso aparentaba, porque sólo tenía los ojos cerrados, sólo que Stiles no lo sabía, así que se acercó dejando la ropa a los pies de la camilla. Luego por motivos que no entendía se quedó observando al menor, sintiendo un ligero impulso de tocar su mejilla, pero se contuvo. En su lugar suspiró y se agachó para comenzar a soltar las cadenas que lo restringen. Una vez hecho eso, salió dejando la puerta abierta.

Newt esperó unos minutos para asegurarse de que estaba solo para abrir los ojos, sentándose e intentando no hacer ruido con las cadenas sueltas, quedándose así unos minutos, pensando en qué sería de él ahora, pero sobre todo, qué había sido de él desde la última vez que vio a Thomas, intentando armar el rompecabezas en su mente.

No estaba en el valle, su manada no estaba, estaba solo, por lo que le habían contado en un lugar llamado Beacon Hills California, lugar que no conocía, había aparecido en un bosque donde causó varios incendios convertido en dragón, y en ese mismo bosque vio a alguien idéntico a su amigo Thomas. Su nombre es Stiles, es miembro de una manada de lobos a pesar de ser humano. No le gustan los lobos, huelen a perro y todo lo que hacen es gruñir, pero va a tener que acostumbrarse ya que se encuentra en su territorio. Tiene que averiguar qué fue lo que pasó después de Thomas y el tiempo, también por qué estaban en un templo en primer lugar, y sabe que Stiles puede ayudarlo.

Mira la ropa a los pies de la camilla que el castaño dejó para él, le parece extraña, pero no horrenda, así que usando algo de lógica comienza a vestirse. Le queda un poco grande, pero eso le gusta, así tendría mayor libertad de movimiento. Los zapatos le fueron un poco difíciles ya que no sabía qué hacer con los cordones, él siempre usó botas y estas no tienen cordones o broches, así que los ató como pudo y se puso de pie.

Se acercó a la puerta y dudó un poco sobre salir de la habitación o no, por lo que le habían dicho además de quemar parte del bosque, había atacado a algunos miembros de la manada de lobos, así que no sabía si era buena idea tomarse tantas libertades en el lugar, pero estaba harto de esas cuatro paredes, así que armándose de valor salió. Peculiar construcción, pensó, no es de madera, paja o piedra, y está bien iluminado. Veterinaria habían dicho que se llamaba, se preguntaba qué era eso.

Caminó por un pasillo hasta llegar a otra puerta, entrando a una habitación repleta de jaulas con animales dentro. Trató de no mirarlos pues sabía que se alterarían con su presencia y apenas pasó a través de las jaulas, los perros comenzaron a ladrar, haciéndole suspirar y pasar a la otra puerta, a otra habitación. Esta tenía algunos muebles y una mesa metálica en medio, y antes de permitirse pensar para qué era, un lobo de cabello rubio rizado apareció y tras hacer contacto visual sólo unos segundos, salió corriendo, a los segundos apareció Stiles, que le mostró una sonrisa. Eso le removió algo en el pecho y no le gustó, pero le sonrió como puso. Se parecía demasiado a Thomas.

STORIES OF FIRE, WOLVES AND PACKS (PARTE 1 y en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora