𝕾𝖊𝖔𝖚𝖑 (BTS-RM)

Capitulo único

♡𝕾𝖊𝖔𝖚𝖑♡
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El crepusculo de un nuevo día se reflejaba en los grandes edificios de Seúl, el aire frío de la mañana comenzaba a correr por los parques vacios de gente, los autos comenzaban a andar en aquellas calles que poco a poco se llenaban de almas deambulantes haciendo que un joven de cabellos rubios, escuchando el ruido bizarro de aquella ciudad que ahora llamaba hogar, abriera los ojos sin que nadie lo supiese quedando su vista fija en el techo blanco de su habitación divagando en los sonidos tan recurrentes y aburridas que aquella ciudad le regalaba cada día.

Namjoon se repetía un centenar de veces la palabra "Seúl" recordando que en ingles, esta se pronunciaba casi como si fuera un alma.

"¿Qué clase de alma eres?" Se preguntaba constantemente "¿Qué es lo que quieres de mi?" Pero simplemente, esta no parecía responderle.

Tomando un suspiro, termino por levantarse de la cama para comenzar otro día lleno de rutinas en la ciudad capital de Corea del sur.

Se preparó un café cargado para quitarse la jaqueca que aquella ciudad tan gris le provocaba cada día.

¿Qué hacía él aquí? Ni siquiera tenía recuerdos de este lugar; lejos de la gente que lo quería, lejos de sus antiguos amigos y familiares, solo con la música de su carrera acompañándolo cada día.

Termino su café tomando un largo y monótono suspiro y dejándolo en el fregadero de su apartamento, se dirigió de vuelta a su habitación para cambiarse y comenzar con su rutina de ejercicios habituales de la mañana.

Mientras se cambiaba con un desgano y una lentitud impresionantes, se preguntaba que lo retenía a quedarse en este lugar. No tenía nada que hacer en esta ciudad, no tenía a nadie que lo hiciera quedarse en este lugar, solo unos cuantos amigos que al igual que él, no encontraban sentido en quedarse en este espacio de tierra más tiempo. No, tenía miedo de él, ya que el solo pensar que se había convertido en parte de esta monotonía, le calaba hasta los huesos, pero, ¿qué más podía hacer? Se había convertido en parte de ella.

Finalmente, con su ropa de ejercicio ya puesta que consistía en una sudadera gris y unos panatalones deportivo, se dispuso a ponerse en marcha a aquel parque tan cercano a su bloque de apartamentos. Uno que visitaba con irritante regularidad y sin poder evitarlo.

Salió de su apartamento y salió de su edifició para dirigirse al parque. Caminó un momento por las calles comenzantes a llenarse de gente mientras nuevamente divaga entre los sonidos tan aburridos y a la vez tan familiares de Seúl.

Aunque sus días de la infancia esten tan lejos y este lugar este tan lleno de edificios al igual que autos solamente, este es su hogar ahora y tiene que aceptarlo tal y como es aunque sea una tarea tan difícil de cumplir.

Caminaba y caminaba hasta que finalmente llegó al parque donde comenzaría su tan habitual rutina de ejercicios.

Comenzó con un par de estiramientos, sentadillas y abdominales antes de comenzar a correr alrededor del parque que, al igual que todos en aquella trste ciudad, fingía ser cálido cuando en realidad no lo son.

Se sentía tan fuera de lugar, tan vacío por dentro en esa urbe gris y aburrida, pero, ya no podía hacer nada. Ya no podía regresar el tiempo y volver cuando la felicidad era su compañera en los días cálidos de su juventud. Abandonó todo eso al mudarse a Seúl para cumplir aquel sueño que desde siempre había tenido sin interesarse un momento en lo que eso significaba para él.