"Licencia de conducir" | Adaptación

01|Driver's

Hinata y Naruto eran pareja hace 3 años. Se conocieron cuando eran demasiado jóvenes, ambos cursaban en ese momento su último año del colegio.

La Hyuga solía ser en ese momento demasiado cuidadosa cuando de salir con un chico se trataba. Sus parejas pasadas se habían encargado de enseñarle muchas lecciones, la cuáles se convirtieron en reglas que jamás debía de romper, pero la principal y la más importante era:

"No entregar su confianza rápidamente".

Hinata sabía que no podía ir por la vida embotellando a todos los hombres y poniéndoles una etiqueta de: "Peligro, te lastimarán", porque no todos la lastimarían-claro estaba-pero era exactamente como vivía. Su miedo a ser dejada nuevamente le impedía confiar y salir con uno de ellos.

Normalmente aquellos hombres le prometían amor para siempre, pero de un día para otro le decían que no era lo que buscaban, que en verdad les gustaban las mujeres 'esbeltas' o 'altas', dejándola rota y yéndose con una de ellas, las cuales eran hermosas, con curvas y piel suave, todo lo contrario a ella.

Su pobre corazón no podría aguantar más desilusiones.
Por eso la peliazul se había prohibido salir con alguien otra vez.

O eso creía

Hasta que lo conoció a él, Naruto Uzunaki.

Aquel rubio que se había vuelto popular hace algún tiempo, la seguía por todas partes, invitándola a salir en cada oportunidad que tenía, le daba regalos, la cuidaba y ayudaba en todo. Hinata sabía que Naruto moría por ella porque en cada acción se lo demostraba.

Una de esas acciones era qué, cada mañana iba y la recogía a su casa para ir juntos al colegio; al principio Hinata le pidió que no volviera a hacer eso, pero el rubio persistió y al final la peliazul accedió dejándolo que la recogiera.

Aquello se volvió una rutina para la Hyuga y claro, se ahorraba el tener que esperar el autobús.

Con el paso del tiempo, la peliazul fue viendo que Naruto no era como sus otras parejas. Siempre la incluía a todos lados y aún cuando todavía Hinata no le había dado su sí, el Uzumaki vivía presumiendola y respetandola aún cuando ella no estaba presente-o así era como le contaban sus amistades-.

La Hyuga no pudo evitar enamorarse de él, de cada momento que Naruto le regalaba. Terminó perdida en esos ojos azules grandes y brillantes, en esos labios que le decían cosas tan lindas en medio de cada beso, y en esas manos que la sostenían siempre.

Había caído en donde juró nunca más volver.

Se tiró a aquel vacío, sin protección, sin miedo, sin saber que encontraría allá abajo. Cayendo profundamente enamorada de aquel rubio que le juraba amar con todo el corazón... Y Hinata cayó, cayó por completo, con los ojos cerrados, poniendo nuevamente toda su confianza y dejándose querer.

Y así, la regla más importante que ella misma se había impuesto, ella también la había roto.

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Hoy en día, aún juntos, se encontraban estudiando en la misma universidad. Hyuga estudiaba escenografía y Uzumaki estudiaba medicina (como su padre). Por lo que ambos estaban en diferentes edificios y casi no se encontraban en el campo universitario por sus diferentes horarios.

Hace algunos meses, Hinata describiría su relación con el rubio como "perfecta", hoy en día, la describía como "vacía". Su Naruto de hace años se había desvanecido por completo.

Para su aniversario de 3 años, Hinata había hecho una bonita cena romántica en su apartamento sólo para ellos dos, había hecho la comida favorita de su novio y decorado especialmente para él.