Solo se escuchaba el ruido de las cadenas en ese cuarto oscuro.
Megumi, un chico de 17 años, se encontraba encadenado, amarrado a una silla, amordazado y con una venda en los ojos. Trataba de recordar cómo había llegado a aquel lugar pero su mente no le servía de mucho, simplemente recordaba el haber estado saliendo de una tienda con una bolsa de plástico alrededor de las 8 de la noche, y después todo se volvió negro.
De repente, un sonido se hizo presente en la habitación. Había entrado alguien.
Con unas pisadas que resonaban por toda la habitación, el sujeto se aproximó a Megumi para así quitarle la venda de los ojos.
Su mirada se encontró con aquel tipo.
¿Quién es? Fue lo único que pudo preguntarse Megumi dentro de su mente, quería poder hablar pero su boca se encontraba tapada.
Un joven alto y guapo de cabellos rosados se encontraba frente a él, mirándolo con una mirada penetrante. Llevaba puesto una camisa blanca de botones y un pantalón negro con unos zapatos. Observó que aquel tipo intimidante de ojos carmesí tenía tatuajes en el rostro, lo que lo hacía ver aún más intimidante.
—Te preguntarás quién soy, pero déjame decirte que eso no es de mucha importancia por ahora, Fushiguro Megumi. —el chico que se encontraba en frente de Megumi empezó a caminar hacia la puerta. —Nos divertiremos mucho, mi gatito. —fue lo último que dijo antes de salir de aquella habitación. Nuevamente se encontraba a oscuras.
"Necesito salir de aquí". El pelinegro empezó a moverse con la esperanza de poder zafarse de las sogas que lo mantenían en la silla, pero todo esfuerzo fue inútil. No logró nada en las 2 horas que estuvo ahí.
Observó detenidamente el cuarto en donde se encontraba. Solamente había una cama, un armario y una lámpara que iluminaba una parte de la habitación, además de la silla en la que se encontraba sentado.
Nuevamente se abrió la puerta. El tipo guapo de antes volvió a entrar, pero éste venía acompañado de otro chico idéntico a él, pero de menor estatura y con rasgos más lindos.
El segundo chico cerró la puerta, para después volver a caminar junto con su gemelo. Ambos chicos se posicionaron en frente de Megumi.
"Esto me da mala espina" pensó Megumi.
El chico amordazado observó que, a diferencia del primer chico que parecía delincuente, el segundo chico parecía tierno: una oveja vestida de lobo.
El primer chico, es decir, el que parecía delincuente, tomó, de un cajón del armario, un látigo, lo que hizo estremecer al pelinegro.
El segundo chico, quien se veía tierno y amable, le quitó la soga a Megumi y lo guío a la gran cama. Éste chico le dedicaba una sonrisa tierna que escondía sus verdaderas intenciones.
Megumi no sabía qué hacer. Se había excitado de tan solo ver el látigo.
¿Por qué tienes que ser tan masoquista? se preguntó Megumi mientras el chico tierno lo aventaba sobre la cama.
—Es hora de divertirnos. —dijo el chico que parecía delincuente, antes de sonreír y relamer sus labios.
Empezaron a quitarle su ropa, dejándolo totalmente desnudo y a su merced. Sus manos aún se encontraban amarradas por una soga, por lo que no pudo hacer mucho para apartarlos.
Trató de tapar su pequeño pene cerrando sus piernas, pero esto sólo hizo reír a los chicos que se encontraban frente a él. La risa del chico tatuado sonaba burlesca, a comparación de la risa del gemelo, la cual fue tierna, algo que no concordaba con sus acciones.
Empezaron a jugar con su cuerpo usando miles de juguetes sexuales, además del látigo, juguetes que habían sacado del mismo armario.
¿Cuántos juguetes había probado ya? No lo sabía, pero parecía que aún faltaban más, puesto que los chicos no se veían ni un poco cansados.
Después de usar aquellos juegutes, tuvieron sexo desenfrenado de diferentes formas, puesto que los chicos no se veían aún totalmente satisfechos. Primero fue el sujeto guapo, después el sujeto tierno y finalmente fue un trío, en dónde ambos metieron sus miembros en la única y pequeña entrada del pelinegro, la cual fue profanada una y otra vez hasta que aquellos gemelos salvajes saciaran totalmente su sed de lujuria.
Pero ¿Qué fue lo peor? Lo peor fue haberlo disfrutado. Admitió Megumi, nunca lo diría pero esos chicos son realmente buenos en la cama.
Ahora, el pelinegro se encontraba acostado en la cama, boca abajo, en cuatro, mientras uno de los gemelos introducía su pene en él.
Maldición, es realmente grande. Nuevamente pensó Megumi. A Megumi nunca le había importado el tamaño hasta ese momento, cuando sintió como aquellos pedazos de carne tocaban aquel punto que lo hacía excitar de sobremanera, haciendololo ver las estrellas.
Las embestidas no tardaron en llegar, ni mucho menos los latigazos en su espalda por parte del otro chico, quien esperaba su turno con impaciencia.
Y así duraron por mucho tiempo hasta que finalmente se cansaron de jugar con su cuerpo lleno de marcas y moretones. Su boca y su agujero se encontraban llenos de dos tipos de semen.
—Me llamo Sukuna, Sukuna Itadori. —dijo el chico más alto y guapo antes de besar con lujuria y salvajemente los pequeños labios de Megumi, mientras acariciaba sus caderas. Poco le importaba que aquella pequeña boquita tuviera el semen de su hermano menor.
—Y yo me llamo Yuuji, Yuuji Itadori. —dijo el chico tierno para después apartar a su hermano de un golpe y besar a Megumi de una manera tierna mientras lo tomaba de la barbilla, lamiendo rastros de su semen que aún se habían quedado en la cavidad bucal del pelinegro.
Los chicos tomaron sus respectivas prendas, se vistieron y se dirigieron a la salida, dispuestos a salir de aquel lugar.
—¿Podemos repetirlo? —preguntó Megumi antes de que los chicos salieran de la habitación. Debía de estar loco como para tener sexo consensuado con sus secuestradores, pero eso ya no le importaba.
Los chicos voltearon, sorprendidos.
—¿Qué te parece repetirlo ahora mismo? —preguntó Sukuna, con una sensual sonrisa.
Megumi simplemente sonrió y nuevamente se dejó llevar por el placer.
.
.
.
¿Qué les pareció este One-shot?
Espero que les haya gustado este regalo que hice no solo para mí, sino también para ustedes, para celebrar mi cumpleaños (13/septiembre/2021) a lo grande.
Sígueme en Wattpad (BJ_Ross), A03 (BJ_Ross), en mi Twitter (vi_verse) e Instagram (ross.zie).
ESTÁS LEYENDO
Secuestro (SukuFushiIta) 🔞
FanfictionMegumi, un chico de 17 años, se encontraba encadenado, amarrado a una silla, amordazado y con una venda en los ojos. Trataba de recordar cómo había llegado a aquel lugar pero su mente no le servía de mucho, simplemente recordaba el haber estado sali...