2019, Londres.
- Es una mentira, ¿verdad? – susurró Lily, percatándose que la boca empezaba temblarle de los nervios al recibir la espantosa noticia. Está noche no solo será su fiesta de compromiso sino que tenía 7 días, 7 malditos días para idear un plan y anular esta maldita boda.
- Ya está decidido. Te casa...
- ¡No! No lo haré – cortó el monólogo de su padre, verdaderamente espantada. Se suponía que ella algún día elegiría con quien compartir su vida, aunque muy deseosa de contraer matrimonio no estaba pero Felipe le había asegurado que cuando llegara el momento y ella encontrara un hombre que le gustara, la respetara y la amara como se merecía que él daría su consentimiento para que su niña fuera feliz. "Que seas feliz con tu hombre ideal las porongas", Eric no aplicaba a ese grupo de muchos hombres sexys y de sonrisa arrebatadora que podrían ser su "ideal". Es decir, ese malnacido siquiera sabía lo que era sonreír.
- Lo harás – aseveró el hombre de cabellera avellana, clavando sus ojos en ella – En caso de que te rehúses, debes saber que cancelaré tus tarjetas y te pediré muy amablemente que te marches de MÍ casa. Eso va mucho más allá de lo que deseo para la empresa. Es por ti, Lisbeth. Eric te cuidará mejor que nadie el día que yo no esté.
- Papá, ese hombre sólo quiere tu dinero. – sujetó sus manos, con los ojos llorosos y las manos temblorosas intentando sobreactuar para que su padre sintiera lastima.
- Lo conozco de años, le he abierto las puertas de esta casa y lo he criado como si fuera un hijo. Le di las herramientas para que se formara y que sea el hombre de negocio que es hoy. Tú más que nadie sabrás lo dedicado que fue para la empresa, el empeño que ha puesto en esto cosa que tú mi propia hija no lo hizo, así que quiera cuidar de GMC, él creció junto a la empresa.
No podría negarlo, Eric trabajaba en la compañía de su padre – la cual se dedicaba en desarrollo de software y no podía negar que ese tipejo era todo un nerd en eso – mucho antes de haber terminado la universidad.
- ¿Acaso me estás echando en cara que no he trabajado en la empresa? Si tanto quieres que Eric sea el que lleve adelante la empresa pues adelante que lo haga – bramó histérica – no necesita de mi consentimiento para darle todo el poder a él y menos mí trasero para sacar adelante ese lugar.
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Atrapadas en otro siglo
Fiction Historique¿Qué harías sí lo único que te puede salvar la vida es hacer cosas indebidas como: visitar a una gitana, tomar una copa de vino y aceptar una carta? ¿Estarías dispuesta a todo sabiendo que tus actos provocará una grieta en el espacio-tiempo y un ca...