Sentimientos entre líneas

Sheba Heilderberg

Para XimenaAmayaQuintero y Mely_Aguilar_123   Gracias por leer y ser partícipes de esta historia, sus comentarios siempre me enriquecen.

Pocas ocasiones ponen a prueba la fiabilidad de una institución como una tragedia o catástrofe sin precedentes, es ahí donde el carácter y la preparación de quienes la conforman tienen que hacerse presentes, ese era el caso del hospital Sheba Heilderberg, uno de los más famosos y ostentosos de Leiden, considerado en sus mejores años como único en su tipo debido a sus instalaciones de vanguardia y personal capacitado, en la actualidad era en uno de los más inútiles del continente, con un país en constante guerra parecería difícil creer que Sheba no estuviera acostumbrando a recibir cantidad de personas heridas o muriendo, sin embargo, al encontrase en la capital, lejos de los campos de batalla, la mayoría de sus pacientes se fueron conformando por ciudadanos comunes que iban a chequeos de rutina dejando de lado su alta especialidad, las consultas externas se volvieron lo cotidiano y las excelentes instalaciones fueron quedando abandonadas, por lo que el equipo fue trasladado poco a poco a otras cedes, mismas que se encontraban más cercanas a los lugares del conflicto bélico, por lo que aquella noche fatídica se convertiría para Sheba en la prueba de fuego que demostraría que aún era digno de llevar el sobrenombre de mejor hospital de Leiden.

Cattleya Baudelaire se encontraba en triage esperando que el médico que la estaba atendiendo regresara con los instrumentos necesarios para realizar una sutura en su pierna, había llegado a la clínica gracias a la ayuda de un buen hombre que se había presentando ante ella con el nombre de Dominic, éste la había ayudado en todo momento, haciéndola sentir segura y acompañada ante el difícil momento que había tenido que atravesar, por lo que meditaba la manera más adecuada de agradecerle sus atenciones. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando comenzó a notar el aumento en el movimiento del personal, lo que indicaba que algo grande estaba ocurriendo, curiosa como era preguntó a una de las enfermeras por lo sucedido, aquella respondió que al parecer había ocurrido un atentado en una ostentosa fiesta en los barrios altos de Leiden, y que la mayor parte de los lesionados estaban llegando a Sheba, por ser el hospital más cercano al incidente, esa era la razón de la tardanza del médico que atendería sus heridas, las víctimas eran ahora la prioridad. Su corazón comenzó a acelerarse y el miedo se hizo presente ¿Acaso podría ser posible? Debía ser una coincidencia, pronto vio pasar las camillas con personas heridas y su respiración se detuvo cuando reconoció en una de ellas el vestido azul que había comprado en Sheer Love especialmente para Lux Sibil.

De un brinco Cattleya paso de la alta cama de oscultación al suelo, y hechó a correr tras la camilla que era  llevada por tres hombres y que desaparecía de su vista al dar la vuelta tras un muro.

—¡Dios mío Lux!.. ¡Esperen!... ¡Lux! ¡Por favor!—

—¡Señorita no corra!— pidió una enfermera que había salido tras ella, —¡No puede correr ni gritar en el hospital!— dijo al tiempo que la detenía tomándola del brazo.

—¡Pero usted no entiende, yo conozco a esa persona, por favor, necesito saber qué ha pasado!...¡Lux!... ¡Suélteme!—

—¡Cattleya!— gritó un hombre desde el otro extremo del corredor.

Aquella voz hizo que momentáneamente el alma le regresara al cuerpo, era Claudia Hodgins llamándola.

—¿Cattleya qué haces aquí?— preguntó el hombre. Se encontraba desaliñado y con la ropa manchada de sangre. Con los ojos llenos de lagrimas corrió a su encuentro y se abalanzó sobre él, abrazándolo, tocándolo, agradecida de que estuviera vivo.

—¿Qué ha pasado? ¿Por qué han traído a Lux aquí? ¿Estás bien?— eran sólo algunas preguntas de las miles que tenía por hacerle.

—Hubo un atentado durante la fiesta, específicamente después del brindis, no lo vimos venir, se infiltraron por todas partes, estaban entre los invitados y el personal, dispararon contra la familia y los invitados.—