La vida se basa en engañarse a uno mismo de que todo va ha mejorar y que los protagonistas de historias siempre encuentran la felicidad, mentira.
Todo comienza cuando demuestras que existen las Alphas, las que demuestran que no necesitamos ser luna...
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—Eres un maldito hijo de puta.
Mi puño impactó fuertemente en el pómulo de Alejandro, el dolor en mi mano casi no se comparaba con la rabia que sentía al saber que le había sido infiel a Amanda. Mis pensamientos se volvieron confusos mientras lidiaba con una mezcla de enojo y decepción.
Amanda, mi prima por parte de padre, había pasado por tanto. Después de que su madre perdiera la vista y su padre fuera asesinado por los Verräter, ella y su madre vinieron a vivir con nosotros. Los lazos familiares se habían fortalecido, y ver a alguien como Alejandro traicionar a Amanda de esa manera me hacía sentir una ira profunda.
—¡Tu no entiendes, Matteo! —Gritó Alejandro, tosiendo tras el golpe.
Estaba a punto de golpearlo nuevamente, pero la mano de Owen se interpuso, deteniendo mi furia.
—Alejandro, si nos dices qué es lo que Serena está tramando, te aseguro que no te mataré. —Owen intentó razonar.
—No confío en las palabras de los muertos.
Samantha no toleró su actitud y le propinó una bofetada, dejándolo aturdido. —Habla, o juro que mataré a tus hijos.
—Te mataría primero a ti, Matteo. —Alejandro soltó una amenaza desde su asiento, pero no parecía tener miedo.
—No lo creo, yo la ayudaría. —Erin intervino con un vaso de zumo de uva en la mano, sorprendiéndonos a todos.
La expresión de Alejandro palideció al oír eso.
—Está bien, hablaré, pero quiero que saquen a mis hijos y a mi mujer de esto. Todo comenzó después de la muerte de los padres de Samantha. La oportunidad de desafiar la dinastía de amistad y acuerdos surgió, queríamos vivir con nuestras propias costumbres, cazar y sobrevivir.
—Vamos, lo que deseas es vivir como un animal. —Erin resumió de manera cortante. —Son unos necios, el consejo y la cumbre de las siete tierras los eliminarían sin pensarlo.
Alejandro negó y rió ante la observación de Erin. —No seas ingenua, mujer. Más te vale que tú y Samantha se mantengan al margen, o serán eliminadas de inmediato.
De repente, todo sucedió demasiado rápido. La casa comenzó a temblar violentamente, y sentí cómo Samantha también se estremecía ante el fenómeno. No tuve tiempo para procesarlo todo antes de que ocurriera.
—Nunca subestimes mi poder. —Samantha se alzó con una fuerza sobrenatural, y antes de que pudiéramos reaccionar, Alejandro fue lanzado a través de una ventana, expulsado fuera de la casa en un instante.
