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Abrió la puerta de su departamento, quito sus zapatos y se encaminó al baño para lavar sus manos. Estaba agotado fue un día totalmente lleno de trabajo... Pero ya estaba en casa listo para deleitarse con su pequeño “tesoro”.
Se dirigió al armario, abrió uno de los tantos cajones que este tenía y sacó un pequeño conjunto de lencería rosa que incluía una pequeña falda blanca, colita y orejitas de conejo. Sonrió de manera escalofriante mientras llevaba aquellas prendas a su nariz para olfatearlas y deleitarse con el bonito aroma que estas desprendían.
Dio la vuelta y salió de la habitación asegurándose de cerrarla, subió las escaleras llevando consigo la ropa que anteriormente había sacado, entró a la última habitación del pasillo e inmediatamente un conocido aroma atacó sus fosas nasales, sonrió y cerró la puerta detrás suyo.
Se acercó a la cama, pudo divisar el cuerpo desnudo y sin vida de su pequeño Tae Tae sobre el colchón.
—Amor... Ya regrese
Se inclino y deposito un pequeño beso en los labios del contrario, gimió al sentir como estos estaban fríos, ásperos y sin vida.
—Te traje algo... - mostró el bonito conjunto, imaginando como se vería en el sexy cuerpo de su novio -
—¿Verdad que es bonito? - sus ojos mostraron un escalofriante brillo, esperando respuesta del contrario que obviamente no hiba a obtener -
Lavanto con mucha delicadeza el pequeño cuerpo y comenzó a vestirlo, al terminar sonrió orgulloso de su creación. Maquillo un poco la bonita cara de su amado, la cual ya empezaba a descomponerse y a entrar en un estado de putrefacción debido al tiempo que llevaba muerto.
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