iv. miedo

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Era otro día en donde no había podido evitar otra pesadilla. Era de esperarse. Sobre todo después de lo que pasó con Will. Pero el sueño había sido diferente... todo era más real, más petrificante, más aterrador. Estaba en mi casa pero todo se veía diferente, había un tipo de... ¿enredaderas? Todas las paredes estaban cubiertas en ellas. El ambiente también era distinto. 

Aparecí al colegio con el mismo aspecto de siempre mientras me aferraba mas a mi suéter, tenía frío. Me encontré con Max, Mike y Lucas. Los tres habían pasado la mañana tratando de buscar a Dart, y yo empecé a ayudarlos. Aunque alguien tenía que buscar en el contenedor de basura, y ese alguien fue Lucas. Él fue quien sacó el palito pequeño.

—¿Qué diablos sucede? —preguntó Dustin, al llegar, parándose al lado mio.

—¿Qué crees? Buscamos a Dart —respondió Mike.

—Cielos —exclamó Dustin, cuando Lucas lanzó una bolsa de basura al piso, luego salió del contenedor de basura dando un salto.

—Vaya, vaya. Miren quien decidió aparecer, por fin, después de que saque el palito pequeño. Que casualidad.

—Apestas —fue lo primero que dijo Max, acercándose a mí y a Dustin. Sentí su mano rozar con la mía, rápidamente me la metí en el bolsillo.

—Hola, Max —saludo Dustin, ella le respondió con un hola también—. ¿Dónde está Will?

—Ya vendrá —contestó Mike, pero algo me decía que no.

—¿Te quedarás ahí? —reclamó Lucas, tirandole un palo a Dustin—. ¿O vas a ayudar?

Luego, empezamos a hurgar en la basura.

×××

Will no había aparecido en ninguna de las clases. A la salida, Mike y yo intentamos llamar a la casa de los Byers.

—¿Nada? —cuestione cuando Mike volvió a colgar el teléfono.

—Nada. Me sigue mandando a buzón de voz.

Regresamos a donde estaban los demás: en los peldaños de una de las entradas del colegio.

—¿Alguna noticia? —preguntó Lucas mientras volvíamos.

—Tenemos que hablar. Sala audiovisual. Ya mismo. —Empezamos a recoger nuestras cosas, cuando Max se estaba parando Mike habló: —Solo miembros.

—Vamos, Mike.

—¡No! Esto no es negociable.

—Entonces me quedaré también aquí —solté.

—Si. Haz lo que quieras. No me importa.

Después que los demás se fueron, Max y yo nos quedamos solas. Estábamos sentadas más cerca de lo que deberíamos. El roce de brazos era algo... hermoso, como si pequeños fuegos artificiales hubieran comenzado a estallar dentro de mí. Sé que era malo ese sentimiento, pero se sentía bien. Demasiado bien. Demasiado bien para mi agrado.

Empecé a juguetear el borde de mi polo con mis dedos.

—Jadyn —empezó a decir Max—. ¿Qué es eso de lo que me ocultan los demás?

Dude por un momento.

—No te lo puedo contar, lo siento. Se que va a sonar estúpido y falso, pero en verdad, quiero que estés bien. No quiero que te pase algo malo y si te metemos en esos asuntos... puede ponerte en peligro. —Max me miró, parecía decepcionada—. Mayfield, necesito que me creas en esta. No es solo un drama entre amigos. Es algo serio.

Ella asintió pero no dijo nada más. El silencio me permitió pensar más en Max. Ya no pensaba en su pelo, en sus ojos ni en sus labios; solo pensaba en las emociones que me hacía sentir: felicidad, paz y euforia. Pero la verdad era que no sabía qué hacer. No sabía qué hacer con sentirme así al lado de ella, porque definitivamente no solo era amistad. Quería algo más que eso y la idea me aterraba. No sabía que iba a pasar después y tampoco sabía si quería saberlo.

—¿Estás bien? —Max preguntó—. Te ves... cansada.

Me quedé en silencio por un momento

—¿Alguna vez te he contado que tengo pesadillas? Después de lo de Will tuve una. Me cuesta volver a dormir.

No era solo eso. Era todo

Todo había empezado a abrumarme y sentía que el mundo alrededor mío empezaba a derrumbarse sin razón. Ya era suficiente sabiendo que Eleven probablemente esté muerta, ¿porque ahora Will tenía que estar en peligro? ¿Qué era eso que había visto ayer? ¿Por qué me importaba tanto todo? ¿Porque no podía estar en paz? ¿Por qué me tenía que gustar Max?

—Bueno... ¿Has intentado escuchar música? Tal vez eso ayude. Te podría dar un casete, si es que quieres.

—Gracias —agradecí, una sonrisa cansada se formó en mi rostro.

—No hay de que, te lo podría entregar mañana.

Después de unos minutos, un ruido de la puerta abriéndose se hizo presente.

—¿No le contaste nada? —preguntó Mike, yo negué—. Voy a ir a casa de Will, ¿vienes?

—De hecho... Voy a ir a casa. De todas formas, me cuentas si pasa algo —le dije, después me dirigí a Max—. Los veo mañana.

Agarre mi mochila y fui a por mi bicicleta.

DEVIL TOWN ━━ max mayfieldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora