Los secretos del corazón

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Nae era un gatito callejero que vivía despreocupadamente por las calles de Japón, jamás le importo mucho tener una familia o un dueño, él era un alma independiente que (a su criterio) podía manejar cualquier clase de situación y podía llevar una vida plena él solo.

Nae estaba dando su paseo matutino como de costumbre, todo parecía normal hasta que el vio un objeto brillante a lo lejos el cual le llamo demasiado la atención, mientras más se acercaba a aquel objeto se iba alejando de las calles locales lo que lo llevo a un lugar desconocido (en ese momento no se dio cuenta de que se había perdido) cuando llego a donde se encontraba ese objeto pudo apreciar que era una trampa sus instintos le decían que se fuera de ese lugar pero oh no ya era demasiado tarde, unos chicos aparecieron la nada y miraban amenazantes a aquel gato indefenso mientras se acercaban con un martillo 

-nuestra trampa se arruino por este maldito gato- exclamo uno de los chicos con una voz un tanto fuerte.

-deberíamos hacer que pague- otro chico respondió mientras agarraba el martillo, Nae trato de escapar pero alguien lo tomo de la cola para después aventarlo contra el frio cemento, Nae cerro sus ojos pensando que su hora había llegado pero alguien interrumpió.

-Qué están haciendo con ese gato?- una voz tranquila se escuchó detrás de la pandilla, lo cual hizo que giraran a ver a aquel joven.

-tu madre no te enseño a no meterte en los asuntos ajenos?- exclamo el líder mientras miraba burlón al chico 

-y a ti no te enseñaron a tener un poco de respeto por la naturaleza? Tal vez en tu casa seas intimidante pero todos sabemos que solo te metes con un gato indefenso porque es lo único que te hace sentir “superior” cuando la realidad es que eres un simple cobarde- el chico defendió de manera fría

El jefe de la pandilla lo fulmino con la mirada mientras que los demás solo guardaban un silencio incomodo –si tanto te preocupa este gato, por qué no peleas por el?- dijo retándolo 

-solo  deja al pobre animal para no tener problemas- 

-y ahora quien es el cobarde?- hubo un pequeño silencio –atrápenlo- ordeno el jefe mientras que los demás hacían lo que se les pedía – y sobre el gato mmm, mátenlo- dijo restándole importancia

Cuando el que estaba sosteniendo a Nae estaba por atacarlo, Nae rápidamente araño su rostro haciendo que lo soltaran y se escondiera entre los arbustos. 

Atraparon al chico, mientras este trataba de soltarse del agarre el jefe le dio un golpe en la cara. –ahora ya no eres tan rudo o sí?- le dijo mientras repetía la misma acción.

-No importa cuánto me golpees, eso no cambiara lo que eres, un maldito cobarde.- esto enfureció al jefe lo que provocó un fuerte golpe en el estómago sofocándolo, el chico recibió un par de patadas antes de que la pandilla se fuera. 

Cuando el chico recobro el aire se levantó con un tanto de esfuerzo, tomo sus cosas, se limpió la sangre de la cara, estaba listo para irse cuando unos maullidos se escucharon a lo lejos lo que hizo que el joven se acercara a ver. Nae estaba escondido entre los arbustos, cuando escucho a alguien acercarse pensó que era la pandilla de nuevo.

-tranquilo soy yo, ¿no estas herido verdad?- Exclamo el joven acariciando a Nae, por alguna razón a este le gustaba estar cerca del joven

-Cómo te llamas? Cierto no puedo entenderte, yo me llamo Hisoka- el joven sonrió mientras jugaba con Nae, hasta que se acordó de la escuela.

-Creo que ya no me van a dejar entrar a la escuela, tienes dueño? Tal vez no deberías de estar aquí tu solo no quiero que esa pandilla regrese otra vez y te haga algo, creo que será mejor que te lleve conmigo por ahora- después de decir esto Hisoka tomo a Nae en brazos y caminaron sin rumbo por algunas horas ya que él no podía llegar de inmediato a su casa o lo regañarían.

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