Al día siguiente, continuamos como si en aquella sala no había pasado absolutamente nada en la madrugada, como que él y yo, no nos hubiésemos devorado cuando todos dormían, el se marchó después del almuerzo al igual que todos, incluso mi mejor amiga, solo habíamos quedado Nelson, su padre y yo, y eso gritaba peligro.
Melvin, padre de Nelson, había llegado a casa. Era un tipo alto, tenía 44 años, pero su postura y lo bien trabajado que estaba su cuerpo, le hacían ver de unos 30, era sexi en gran manera, se veía inalcanzable, incluso.
Es mucho para mi tía. Pensé de inmediato, y yo no era tímida, así que me dispuse hablarle.
Lo observé desde la ventana, estaba muy guapo con aquel traje.
Nelson acababa de meterse a la cama, estaba exhausto. Yo, sin embargo, estaba acostumbrada a pasar días tras días amaneciendo en fiestas, así que no me hacia falta dormir.
Melvin estaba sentado en el patio trasero de la casa, tenía una laptop en sus manos, y miraba con atención lo que sea que estuviera transmitiendo aquella pantalla, supuse que algo veía, pues su teclado estaba intacto, no escribía nada en el, así que me causó curiosidad y decidí acercarme.
Caminé hasta donde él estaba, él inmediatamente cerró su laptop, y su mirada cayó sobre mis pechos que estaban muy a la vista, mis pesones estaban duros por lo excitada que estaba, sin sujetador, así siempre andaba, era más cómoda así la vida, para mi. Se percató de que su mirada había quedado en un lugar que no era mi rostro y la apartó rápidamente.
—Eh, disculpa es que estaba distraído.— dijo muy nervioso.
—Discúlpeme usted a mi por interrumpirlo, es que quiero hablar con usted.— hablé de forma coqueta y sensual, mordiendo mis labios y acercándome un poco más a él.
Él parecía sorprendido, y a la vez ya sabía a donde quería llegar y que quería.
—Lo que quieras, adelante.
—Es que necesitó su laptop para revisar mi Instagram, perdí mi teléfono.— Hasta yo llegué a creérmelo, puse voz llorosa y sensible, parecía tener vergüenza, él lo creyó pero dudó mucho entre negarme el favor o entregarme su laptop.
Me pidió un momento, tecleo algo y me la pasó.
Llevaba gafas, y eso le hacía ver más sexi y atractivo.
Él se dedicó a observarme mientras tecleaba algo en el Google.
Busque su historia y allí estaba ese link, y una página que contenía algunas letras como: xnxxx así que hice click justo ahí.
Subí el volumen para que Melvin se percatara de lo que veía, era mi intención que supiera, sabría que no me iba a rechazar, su esposa, Ruth, no estaba y Nelson dormía, nadie iba a vernos, así que era este el momento indicado.
Una joven muy apuesta tocaba la puerta de un señor, se veía de la edad de Melvin, solo que con algunas arrugas, la joven tocó por última vez y cuando decidió irse, el señor abrió la puerta y le llamó, ella entró con una bolsa y de allí sacó un zíper y unos medidores, parecía ser su sastre personal.
Yo, ansiosa por ver más, decidí adelantar unos 20 segundos.
La mujer rodeaba su cintura con una cinta, él le ordenó que quería la medida del zíper, ella pasó delante de él, y marcó el zíper con una tira roja, se arrodilló ante él para tener mejor postura y acomodarse. Así se vió.
La mujer se detuvo en seco cuando se topetó con su gran miembro, me imagino que nunca le hubiese sucedido eso con otro de su cliente, quedó totalmente asombrada con la cinta en la mano pero lo disimulo después, como si eso no estuviera frente a sus ojos, continuó midiendo el zíper, le picó la curiosidad y deslizó la cinta hasta donde estaba su pene en el pantalón, quedó sorprendida con la medida y rio por lo bajo.
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Una semana con el Nerd {+18}
RomanceAlgo pasa cuando dos personas de sexos opuestos se encuentran a solas, encerrados en una casa y, en cierto tiempo, cosas grandes tienden a suceder. Uno de los dos debe disponerse y hay casos en el que el hombre no es quien siempre toma la iniciativa...