Ella suspira y tiembla. Jiraiya la observa fijamente, ambos saben porque están juntos aquella noche helada.
Konoha está cubierta de nieve, los aldeanos y ninjas descansan luego de un día ajetreado, ahora solo buscan calor en sus lechos, excepto la Godaime y el sabio de los sapos.
Ellos están en la sala del departamento de él, con las respiraciones entre cortadas y los corazones desbocados.
-Tsunade -Exclama viendo a la rubia temblar, extiende sus brazos hacia ella pero la rubia no se mueve, está nerviosa- Acércate, deja las dudas, la noche es fría, Mujer mia... Pero conmigo estas segura
Ella alza la mirada hacia él, el carmín le pinta las mejillas al instante que el varonil rostro de Jiraiya se hace visible entre la penumbra de la noche. Él le sonríe y ella sabe que sus palabras son ciertas, cada una de ellas.
-Jiraiya -Suspira cuando esté la pega a su pecho y la envuelve protegiéndola de todo mal
Está tan cómoda allí, mejor que en una fortaleza. Escondida entre brazos fuertes que prometen protegerla eternamente, siente a Jiraiya temblar junto al calor que expedia su cuerpo y sabe que él está conteniendo sus impulsos para no hacerla sentir incomoda y romper el momento.
Alza la cabeza y tiene que rodearle el cuello y pararse en la punta de sus pies para alcanzarlo y plantarle un beso. Uno que para su sorpresa desbordó ternura, cosa que jamás creyó encontrar en él. Uno que se transformó cuando sus lenguas conectaron y ella percibió el deseo que estaba quemándole las entrañas a Jiraiya, sus ojos oscuros como la noche misma se posaban en ella brillantes de anhelo, admirandola como si ella fuera el centro del universo.
-Despegate de las amarguras -Pide en un susurro contra sus labios- Y déjame elevarte hasta el cielo de dónde caíste, Ángel mío
Ella lo mira fijamente para luego sonreirle, y Jiraiya cree que se derretirá literalmente ante ese gesto. Aquella mujer, maldición, lo tiene en sus manos y ella lo sabe, sabe que le bastará un gesto o un mimo para que Jiraiya le baje la luna y las estrellas solo por capricho. Sabe que le bastará sonreír para él le ponga el mundo a los pies.
Él sabe ahora más que nunca que la ama con todo el corazón.
-¿Que crees que pasara después? -La escucha susurrar
¿Valía la pena? ¿Valdría probarla una sola vez y saber que anhelar su sabor otra vez eternamente? ¿Valía la pena tenerla en sus brazos solo esa noche?
Maldición, ¿Que clase de preguntas son esas? ¡Claro que lo vale!
-No lo sé -Confieza, tomando su barbilla suavemente con una mano, alzando la para admirarla- Pero esta noche de mi no te escapas, esta noche diré todo, Tsunade -Toma la mano de Tsunade y la coloca en su pecho, justo sobre su corazón que latía a una velocidad impresionante- Escuchalo, porque él lleva mucho años gritando te amo y tú no lo has escuchando
Ella lo admira con dulzura y conmoción.
-Como Adán y Eva, Jiraiya -Responde ella, haciendo que el albino alze una ceja confundido- Cómo Adán y Eva tengamos nuestro pecado, un secreto tan guardado como un robo fantástico
-Tú me has robado, Rubia mía -Susurra asercandose nuevamente a sus labios- Has robado todo lo que tengo y si no lo hubieras hecho igual te lo hubiera dado, te pertenezco
Entrega.
Eso fue, entrega de besos, entrega de placer máximo, entrega de amor y almas. Dos creaturas que se fundieron y comprendieron que estaban hechos para estar juntas. Sin camino o destino asegurado, pero no le preocupa, queda un camino largo por recorrer, sin embargo lo bailado jamás podrán quitárselo.
-Soñe tanto esto, Tsunade -El vuelve a admirarla- Está velada donde fueras mia en cuerpo y alma, debo decírtelo, mujer, no podrás deshacerte de mi, no ahora, no después de esto
Senju parpadea ligeramente y vuelve a sonreír, enrollando mejor sus brazos en el cuello ajeno.
-No quiero ir a ningún lado, Jiraiya -Responde y él cree estar por sufrir un paro cardíaco
Tenían razón, cómo Adán y Eva tuvieron su pecado. Sufrieron el placer de fundirse en una sola carne. Un encuentro nostálgico, salvaje, irónicamente del polvo vienen y en un polvo están, pero, podría decir que era la primera vez que el sabio de los sapos subía el corazón a la cama.
La satisfacción más plena que había sentido estaba en ella, al verla jadear, morderse los labios, sentir sus uñas enterrarse en su espalda y marcarlo a fuego, o la melodía que su boca expresaba cada vez que gemía su nombre. La gloria en su interior combinada con su sabor divino, su aroma grabado en su mente y su cuerpo que memorizo como un mapa de vida.
Aquel monumento lo había atrapado y en sus manos Jiraiya sería el más afortunado de poder morir.
Es un secreto. Porque en el lecho de Tsunade alguien más la espera, pero, hay cuentas que deben ser saldadas. Hay cosas que tienen que suceder sin importar que el propio mundo se caiga a pedazos. No importaban las argollas o los apellidos, importaban las promesas y lo que aunque no se dice se sabe.
Se pertenecen, y aunque es imposible, son el uno para el otro.
"Cómo Adán y Eva tengamos nuestro pecado, cómo dos ladrones un secreto bien guardado, un camino y un destino asegurado donde estos fugitivos se han amado..."
Inspirado en "Adán y Eva" de Paulo Londra
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𝑨𝒅á𝒏 𝒚 𝑬𝒗𝒂 - 𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕 𝑱𝒊𝒓𝒂𝒕𝒔𝒖𝒏𝒂
FanfictionPara nadie es un secreto que el ermitaño tiene sentimientos por la rubia... pero pocos saben que aunque ella evita aquel amor ya está hundida en el sentimiento...