—Pe-perdón omega, te falle.
La princesa arrastraba y se obligaba a acercarse hasta el caballero, su querido omega. Mientras más se acercaba, más perdía sangre.
El rubio no sabía que hacer en su situación actual, ver a la princesa futura arrastrarse era lo peor. Solo esperó que la rubia se acercase, no podía reaccionar, solo dejaba que sus lágrimas fluyan mientras su mente se quedaba en blanco.
Sintió una mano en sus muslos, apretando ligeramente.
— Perdón omega, no pude—bajó la cabeza, la alfa olía despacio el aroma de su omega, empezaba a manchar la armadura de este con su propia sangre y lágrimas—. Y-yo no te protegí...
El caballero pasó su mano por la cabellera de la alfa, su mano temblaba, tenía miedo de perderla.
—No te disculpes alfa—de repente, su voz empezó a quebrarse en un intento de consuelo para la princesa.
No trató de retener sus gritos y sollozos fuertes. La princesa, su alfa, ya no respiraba y su cuerpo empezaba de a poco sentirse frío, sin vida alguna.
El rubio abrazó fuerte a la princesa, disculpándose de lo inútil que fue en la "guerra" contra Beth. Sus lágrimas manchaban la cara sin vida de la alfa, incluso queriendo todavía encontrar calor, un calor que ya no existía.
Solo pasó unos minutos de la muerte de la princesa, todavía la tenía abrazada. Nunca más la soltaría, aunque ya sea tarde, no cometería ese error de vuelta.
Unos pasos resonaron ese lugar vacío y destruido en el que estaba el omega y ya la fallecida alfa.
—Vaya, vaya, ¿acaso esa no es la que dijo que te protegería por siempre? Tan patético—Beth, ella había derrotado y arruinando la vida de los demás, la misma que estaba parada en frente del caballero.
Él solo la miró, no tenía nada que decirle. Lo único que sabía es que su cara debía estar hecha basura, sus ojos deberían estar hinchados de tanto llorar por su difunta pareja.
Para Beth, no le gustó que el omega no le haya contestado, pero estaba satisfecha con ver la cara del oji-verde.
Una sonrisa arrogante apareció en la cara de Beth. Siguió caminando hasta llegar al caballero, se agachó y con una mano agarró la mano del omega, apretando fuerte sus mejillas. Algo que le molestaba a ella, era la mirada del rubio, sus ojos no tenían vida. Pero mientras ella salía ganando, todo estaría bien.
—Desde hoy—se acercó más a la cara del omega, casi llegando a los labios regordetes de este— serás mi omega.
Su voz dominante retumbó en esa sala.
Beth vio un leve cambio en el rostro del caballero, sus ojos se agrandaron y sus labios se separaron, dejando un poco abierto. La de piel rosada miró para abajo, solo se encontró el rostro de la futura princesa sin vida acostada en el pecho del caballero, este la sostenía en un abrazo acogedor. No era interesante para Beth, pero ver un poco el cuello limpio del caballero le dio ideas enfermizas.
—Beth, por favor, suelta mi cara y deja de apretar mis mejillas con tu mano, duele.
Fue como un susurro, lo suficiente alto para que Beth la escuché. Ella le hizo caso. Por un momento pensó que se sentía incómoda al ver la cara destrozada del rubio, nunca sintió eso por alguien. Y quizás se empezaba poner celosa que esa mirada con una pizca de tristeza sea dirijida únicamente a la princesa futura.
La piel rosada solo se quedó mirando al omega, este no se molestaba en detener sus feromonas tristes y tampoco en dejar de soltar pequeñas lágrimas.
Beth sabía que el caballero caería dormido de tanto llorar y pensar que fue su culpa que su primer amor murió. Esperó pacientemente, había minutos y horas en donde el caballero empezaba a incomodarse con la precencia del "demonio", pero de todas formas no dejaría el cuerpo de su amada princesa tirado como si nada y justamente con Beth al lado.
Fue aburrido, pero la espera valió la pena. Esperar a que la presa quedase totalmente dormida fue lo mejor que se le ocurrió a Beth.
Para un omega, estar despierto por varias horas hará que tenga sueño pesado, en donde nada del mundo lo despertaría. Y por esa razón, Beth eligió quedarse para ver al caballero cerrar los ojos lentamente, incluso parecía tratar de luchar con su sueño pesado.
El rubio cerró sus ojos. La alfa de piel rosada no era tonta, iba a esperar minutos para que quedase completamente dormido.
Ya pasando media hora, Beth agarró al caballero de la cintura, para cargarlo como su fuera un bebé. Al ver qué el omega no se despertó con ese brusco movimiento, ella misma se felicitó por ser paciente por primera vez.
Un olor como a flores juntas, inundó en las fosas nasales de la alfa.
Miró a la princesa con odio, con una mirada de desprecio total, luego pateó fuertemente haciendo que el cuerpo estalle con una de las paredes y callera para el piso, dejando esa pared con una grieta.
Apretó fuertemente el agarre de la cintura del caballero, haciendo ya un agarre posesivo.
Ella realmente odiaba y sigue odiando a la princesa, apesar que falleció, seguía guardando rencor.
—Ahora yo me follare a tu lindo omega, todas las noches él tendrá manchas de amor y resbalando por su culo. Lo haré todos los días, tendrá a mis hijos y yo—soltó una risa fuerte— yo solamente veré como me súplica por más.
Se quedó parada mirando al cadáver, nadie le contestó. Solo se escuchaba leves respiraciones del caballero dormido. Chasqueó su lengua, haciendo como un "thc".
Beth y el caballero dormido, que ella misma lo cargaba como un bebé, abandonaron al cadáver de la princesa.
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Lo siento, omega. ||#𝐠𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚𝐧𝐭𝐚𝐥𝐞𝐬
FanfictionEl caballero empieza a recordar cuando le dijeron "Eres un inútil", al final, esos niños tenían razón. ──────────────── male!caballero x alfa!Futura Princesa. male!caballero x alfa!Beth. temática: omegaverse. Aviso: no sigue una línea temporal, tam...