Ahí estaba ella, sentada en la mesa de aquel cafe que siempre iba en las tardes después del trabajo. Su ordenador estaba en frente de ella, una copa de cafe y su lapiz favorito número dos entre sus labios.
Las finas cejas de aquella chica estaban levemente fruncidas, enfocada en algo que estaba escribiendo, mas probable de trabajo. Unos de los meseros se acerca a su mesa y le sirve otra taza de café.
La madre de aquel chico observando a la tierna chica, llama su atención. "Tu padre nos esperara en Londres, debes de terminar de hacer tus deberes." Dice, el rubio voltea a verla.
"Me meten a hacer labores, de cual nunca quise ser parte." Responde, la madre rueda los ojos y le señala al conductor para que prosiga.
"Ya hemos hablado sobre esto Drew, estamos en esto desde hace años. Debes seguirlo después que tu padre y yo no estemos." El nombrado rueda los ojos, mirando hacia fuera de la ventana los edificios pasar.
"Nunca pedi haber nacido en una familia de criminales." Dijo. "Que lindo ejemplo de madre, mama." Agrego de último.
La madre tensa su mandíbula y se queda callada, porque sabe que su testarudo hijo nunca le va a escuchar.
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Aquí les dejo este pequeño regalo. Este historia es un seguimiento de la novela, pero años después, enfocándose en el pequeño Drew. Espero que les guste. Pronto subiré el primer capitulo.
-all the love!