R.

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"En paz descanse mi juventud, y podrías llamar a esto el funeral"

Joder, el era lindo y le jodia aún más que no estuviera ni enterado de ello por lo que implicaba ser "él".

Félix era un tipo de buenas notas que siempre vestía con prendas ligeramente más grandes que su complexión, callado, siempre con alguna expresión de confusión o disgusto completamente.

Nunca una sonrisa, nunca una carcajada.

A veces esa curva en sus labios que lo hacía ver algo gracioso pretendiendo una sonrisa, a veces fingiendo no escucharte porque está concentrado en sus estudios.

Estaba rodeado de mucha gente considerada "cool y atractiva", sin embargo el parecía no estar al 100% cómodo con ello.

No era alguien desagradable, estar sentado a su lado era realmente cómodo si ignoras el hecho de que no te miraría porque no captabas su atención suficiente.

Y tal vez, si tienes suerte, podrás escucharlo taradear alguna canción que se le haya pegado a la cabeza mientras ojea su libreta de apuntes.

Suena cómo alguien aburrido si hablamos de él de esa forma, pero si la gente supiera quién era Lee Félix debajo de esa cortina de humo aparentando ser alguien "corriente".. Definitivamente se le caería la boca.

— ¡Cállate la boca maldita zorra!

— ¡Yongbok soy tu madre!

El peleaba con su madre todo el tiempo, no superaba el hecho de que alguna vez trató de matarlo mientras dormía dejando la llave del gas abierta con tal de huir con un jodido alemán que la dejaría en banca rota meses después.

Este acontecimiento ocurrió hace ya 6 años, cuando Félix apenas tenía 12 años, el amaba a su madre pero dejó de hacerlo cuando un oficial de policía entró a su hogar y lo subió a una ambulancia.

Él estaba ahogandose con los gases tóxicos.

— Mi madre murió hace seis años y ahora una zorra vive en su lugar.

Sus palabras eran crueles, de doble filo.

Lastimándolo a el y a su madre en libertad condicional. Pero debería fingir que le daba igual y así tal vez, solo tal vez.. El dolor cesará.

Paso mucho tiempo solo mientras su madre era corregida en una cárcel.

¿Su padre? Nunca lo conoció, se suicido el día que su madre le confesó que estaba embarazada.

Maduró solo, o eso es lo que intento empujando sus necesidades de niño/pre-adolescenre al caño.

Para cuando ella volvió, su dulce hijo de ojos rasgados y pecas hermosas era otra persona, una persona dañada que no podría ser la misma.

Y ahí es donde entró yo, un maldito don nadie que descubrió la doble vida del rubio porque su padre era aquel policía y este seguía visitando al ahora joven Yongbok tratándolo cómo si de alguien querido se tratará.

El iba con recurrencia a su hogar, saludando a su madre y padre, cenaba, agradecía la hospitalidad, me daba esa mirada y se iba a casa.

— No le digas a nadie sobre esto.

Desafortunadamente para ambos estábamos en la misma aula y solo yo era presente de sus cambios de personalidad.

— No lo haré Yongbok..
— Félix. — Dijo como última palabra para luego irse.

Odiaba ser llamado "Yongbok" pero no tenía el valor de decírselo a mis padres.

Él era algo (bastante) cruel y no medía las cosas que salían de su boca al igual de la manera en la que sonaban. Puede ser posible que se dé cuenta de lo que hace o tal vez no.

Pero de una cosa estoy seguro y es que mi maldito corazón late cada vez que lo veo pasearse tranquilamente por mi hogar cómo si de un fantasma se tratase

Pero de una cosa estoy seguro y es que mi maldito corazón late cada vez  que lo veo pasearse tranquilamente por mi hogar cómo si de un fantasma se tratase

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Y este es el inicio de un nuevo fic, aun no tengo una idea sólida de cómo quiero que sea pero trataré de que sea coherente y atrayente a los lectores.

¡Gracias por leer! <3

— D

𝙍. 𝙄. 𝙋. 𝟮 𝙈𝙔 𝙔𝙊𝙐𝙏𝙃 . | Lee FélixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora