Para Salvar Las Cosas Que Amamos - OBIKAKA

Capitulo VI

Tsunade frunció el ceño mientras lo volvía a leer. 

- Sensei dice que tiene un caso realmente difícil, muy confidencial, sobre el que le gustaría que lo consultáramos, pero no quiere enviar detalles - Sus ojos se entrecerraron - Está solicitando que consultes con él en persona y que luego podamos discutir los detalles.

¿Qué era tan sensible que no podía escribirlo en una carta?

Claridad de Percepción

"¿Alguna vez has visto el amanecer? ¿No un amanecer atontado por la falta de sueño o agitado por obligaciones sin sentido y estás a punto de emprender una aventura o negocio temprano, pero lleno de profundo silencio y absoluta claridad de percepción? observar, grado a grado. Es el momento más asombroso del nacimiento. Y más que nada puede impulsarlo a la acción. Que tenga un día ardiente ".

- Vera Nazarian, El calendario perpetuo de inspiración

Tsunade suspiró mientras terminaba su última botella de shochu. Se debatió en pedir otro, pero por la mirada que Shizune le estaba dando, decidió que sería más prudente volver a la habitación. Ella ya estaba agradablemente emocionada, y sabía por experiencia que sería suficiente para calmar la tormenta de pesadillas que la atormentaban todas las noches, aunque sólo fuera por poco.

A veces, Tsunade se sentía disgustada consigo misma. La nieta del Dios de Shinobi, la Slug Sannin, la mejor médica de su generación; y aquí estaba ella, emborrachándose y apostando sus escasas ganancias.

Entrené a Shizune, al menos....

Y no puedo volver...

Jamas...

Incluso la idea de regresar a Konoha hizo que su estómago se retorciera. Sangre, sufrimiento y dolor, eso era todo lo que la esperaba si regresaba a esa jaula dorada de una aldea. A pesar de la reputación de Konoha de ser demasiado suave y amable, Tsunade lo sabía mejor. Konoha era un shinobiVillage, siempre lo había sido y siempre sería, y había muy poco espacio para la debilidad dentro de sus muros. Allí no había piedad ni comprensión, y si alguien intentaba decirle lo contrario, todo lo que tendría que hacer era señalarles la tumba de Hatake Sakumo y la condescendencia y burla que su nombre aún invocaba. Además, ¿de qué les serviría? ¿Una shinobi que entró en pánico al ver sangre, que no dejó nada más que muerte y devastación a su paso, aplastando a amigos y enemigos por igual con su propia existencia? Era mejor mantenerse distante y mantener su maldición lejos del Village.

- Mañana podemos ayudar con los controles en una de las granjas - declaró Shizune con firmeza mientras se levantaban.

Tsunade asintió, sin molestarse en responder. Eso había sido obra de Shizune: es posible que Tsunade no haya podido soportar la vista de la sangre, pero aún podía mantener sus otras habilidades como médica, controlando infecciones y hematomas. Ayudó a pagar las cuentas y evitó que se sintiera completamente inútil. Tsunade estaba continuamente sorprendida de que Shizune se molestara en preocuparse por su shishou cuando a la propia Sannin le importaba un carajo.

Sabía que Shizune estaba preocupada por ella, así que miró a su sobrina con una sonrisa brillante.

- ¡Ah, eso hará que el mañana sea más dulce! Sabes que mi suerte mejora después de un trabajo.