Capítulo 20

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Después de esa tremenda cachetada, mis sentimientos pasaron de estar tristes a ira, pero traté de controlarme, principalmente por mis hijos, fue demasiado tarde para intentar hacer algo, pies recibí un jalón de cabello, para después ser aventada contra la cocina, allí, Kurt agarró un cuchillo, no quería morir, mi tiempo todavía no llegaba, doblé su mano y brazo, a manera de que este se dislocara, se quejó y me dio con su cinturón, solté un grito, subía las escaleras.

Yo: ¡Kurt! ¡No lo hagas!.

Kurt: Ya lo intenté una vez, y eso sirvió para dar tus lecciones.

Yo: Nunca permitiré que dañes a mis hijos.

Kurt: Nuestros hijos, cariño, aunque... tienes razón, tus bastardos.

Yo: No sabes lo que dices.

Kurt: Eso son, unos bastardos, hijos fuera del matrimonio, John se creó cuando estaba con Courtney, y Valentina, es adoptada fuera del matrimonio. ¿Quieres más explicaciones? Son unos bastardos cualquiera.

Yo: ¡¿Qué te pasa?!.

Kurt: Quiero matarlos, otra vez.

Yo: Sé que pueden ser unos bastardos o lo que quieras, pero son nuestra familia.

Me empujó con fuerza, haciéndome caer, trató de correr subiendo los escalones, pero jalé sus pies, tocó el piso, quedando casi encima mío, aproveché eso para empujarlo y me diera tiempo de encerrar a mis hijos y nada malo les pasaría, corrí al cuarto de John, estaba hiperactivo, corrí con él hasta el cuarto de Valentina, quien lloraba, la tranqulicé.

Valentina: ¿Qué pasa, mamá?.

Yo: Tu padre viene mal, quédate aquí, nada les va a pasar mientras yo esté viva, cuida a John, ten, mil dólares, por su algo malo me pasara; quiero que tomes estas llaves, y cierra con seguro interno, si dejas de escucharme, amarra a John a ti, escala en muro de la puerta con una soga amarrada a una piedra dura o lo qué sea que te aguante, baja y corre con Kirk, no nos llevamos demasiado bien, pero sabrá defenderlos, si yo toco tu puerta, tienes que asomarte por la pequeña ventanilla del ojo, si es Kurt, no abras, quiero que salgas directo a la casa de Kirk Hammett, vive enfrente, dices que vienes de mi parte y cuentas toda la historia, te amo.

Valentina: Bien, mami, yo te esperaré, sino, escaparé con él. Te amo.

Yo: Ay, mi Vale, también te amo.

Besé su mejilla, dándole las llaves, cerró, me enfrenté a Kurt, tomó mi cuello y lo apretó, poniéndome en contra de la pared, pateé sus testículos, haciéndolo quejarse, pero su fuerza aumenta cuando está drogado, prendió la estufa de la parte del gas, después pasó un minuto fugándose, el cuarto de los niños está lejos, prendió un cerillo y la cocina explotó, apagué el fuego con un extinguidor, se montó en mí.

Kurt: Vas a morir, maldita perra.

Yo: Kurt, te lo suplico, no me mates, vas a arrepentirte de mucho en la vida, por favor.

Kurt: Da igual, eres linda, mi hermosa esposa, pero... eres una imbécil, ni para coger sirves. Ja, ja, ja, creo que nunca has tenido sexo desde que dejamos de ser novios, en los 80s más o menos.

Yo: Hazlo por tu familia, ya no por mí, Frances, John y Valentina, vamos, Donald, puedes hacerlo.

Kurt: No lo sé, tal vez me servirías como un cadáver, para poder hacerte mía cuántas veces desee.

Yo: Mándame al hospital, pero morir no.

Kurt: Virgen, pequeña virgen, vas a morir.

Come As You Are «Kurt Cobain y tú»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora