Capítulo final, parte 1

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La magia que dormía profundamente entre los habitantes, comenzaba a surgir poco a poco, la magia interior de un pueblo opacado por tanto tiempo.

Azul, violeta, amarillo, naranja, verde y muchos otros comenzaron a opacar la atmósfera gris que estaba en el reino.

Ainhoa estaba esperando a Peter para su paseo matutino. Pero se desvió un poco al ver a sus papás, los cuales estaban platicando en los jardines, aprovechando que aún no venía el guardia por ella.

—Está funcionando, ese mal nacido había estado neutralizando la magia de todos — decia Zaid mirando con orgullo todos los colores de la magia por las calles.

—Tengo que avisar a Mateo—Ainhoa frunció el ceño, estaban hablando de su Mateo—pero el Rey me mantiene vigilada— trataba de explicarle Romina con tanta ansiedad, En eso las escoltas personales del Rey aparecieron y apresaron directamente a Zaid.

—¿Qué hiciste Sacerdote?— indignado el Rey, Zaid trataba de zafarse del agarre de los guardias.

—Te hemos descubierto — forcejeando el lobo —¿Cómo te atreves a hacerle esto a la gente?— estaba furioso, pero recibió un golpe de los guardias.

—Zaid— con preocupación Romina corriendo hacia su hombre, La Niña estaba en shock mirando a sus padres —!Ya no puedes evitar esto!— gritaba cuando también era apresada por los guardias.

El Rey comenzó acercarse a la pareja y tomó a Romina del rostro —Te voy a hacer la pregunta más importante de todas—mirándola con desdén —¿Crees que la gente se dará cuenta de su magia?— la soltó, para ver por su propia como sus aldeanos continuaban con sus vidas normales, pareciera que no viera su magia.

—Mis aldeanos no pueden ver lo que jamás han conocido—uno de los guardias trajo varias barricas de agua del río subterráneo y metieron a la fuerza a Zaid Weisz, quien se resistía a beber de esa agua.

Gritaba entre la pelea con los guardias del reino. Pero no sabía que el cuerpo absorbe agua sin necesidad de ingerirla directamente, se absorbía por los poros de la piel —¡Corre Romina! — al sentir como perdía su magia y empezaba a sentirse débil.

—Déjenlo— totalmente enojada la Decanini, sin querer Kulaul comenzó a manifestarse en la chica. —¡Qué lo suelten!— su piel palideció al mismo tiempo que sus venas se volvían negras.

—Esto es lo que quería ver, con que aquí estas maldito— tomándola del cuello—me encanto asesinarte con tu propia creación natural—Kulaul había muerto ahogado en el río subterráneo.

—Jure regresar para vengarme — se separó del agarre, aquellas sombras negras que se deslizaban de las manos de Romina empezaban a seguir al rey.

—Eres un idiota, incompetente como siempre— comenzando a encerrarlo en una burbuja de magia natural— gracias por este regalo— para encerrarlo totalmente en su magia, haciendo que Romina cayera desmayado.

Los guardias se llevaron a Romina y Zaid desmayados, el Rey estaba serio, trataba de calcular cuál sería su próximo movimiento, su mano derecha estaba a su lado, observándolo, esperando acatar cualquier orden que el Rey quisiera por más caprichosa que fuera.

—Tráiganme a la niña con magia— Joanne se inclinó ante su Rey y se fue buscando a Ainhoa.

Ainhoa comenzó a correr hacia atrás, sus padres estaban en manos del rey, no podía dejar que les pasara algo, al fin los tenía a los dos juntos, no podían separarlos.

Y a ella no la podían atrapar.

Se escondió entre las copas de los árboles y comenzó a llorar, estaba sola en esa aldea. No iba a poder sola contra el Rey, sus alas no eran lo suficientemente maduras para volar a la ciudad celestial y avisarle a Mateo.

Déjame volar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora