Prototipo Fallido De Un Cliché. ✓

Capítulo 3.

Domingo 16 de agosto.

Año 2016.

VALLOLET MACKENZIE

Mi hermana se dío cuenta de que yo ya había despertado, al parecer eran las siete de la mañana, no recordaba muy bien como había terminado en el hospital.

―Olivia ¿qué pasó?― Pregunté muy preocupada al haberla visto llorando.

―te desmayaste, y debes quedarte aquí hasta mañana, si es que los doctores te dan de alta.― informó Olivia.

―¿Solo por eso llorabas? O ¿ya sabés lo que pasó anoche?― inquirí con miedo a su respuesta.―¡Porfavor dime que solo fue una pesadilla mía!― rogaba yo por que así fuese.

Olivia al escuchar lo que dije, quedó más destrozada y dejó caer lágrimas de sus ojos color avellana con verde.

―Vall, sé lo que viste y lamento mucho que tengas que tener un recuerdo así.― dijo Olivia cuando recuperó el aliento.

―¿Cómo sabes lo que pasó anoche?― le pregunté pues no sabía como se había enterado ella de lo sucedido.

―Tus amigos me contaron todo lo de mamá.― me dijo Olivia. Y recordé que esa misma noche había dado mi primer beso, que ironía ¿no? Ja no pues que maravilloso recuerdo.

―Me e quedado sola.― le dije a Olivia en voz baja, bajando la mirada.―Mi papá no volverá, y ahora ¿esto?― mis lágrimas caían.

―No estas sola.― Olivia se acercó a la camilla de hospital y se sentó a mi lado.―Yo siempre estaré aquí para ti, Vall.― tomo mis manos a punto de abrazarme, ella era tan cariñosa conmigo.

―No quiero ser una carga para ti. Y que tengas que mantenerme cuando tienes que terminar tus estudios.― me parecía muy injusto para ella.

―Eres mi hermana menor. Yo siempre te cuidaré, talvez no lo recuerdes pero desde que naciste, te cuidé con mi vida y lo seguiré haciendo.― después de lo dicho me quedé en silencio escuchándola hablar. ―Ahora que no tenemos a nuestros padres. Sólo me tienes a mí y yo a ti.― Olivia tenía razón.

―¿Y ahora que vamos a hacer? ¿Donde iremos? ¿Qué harás con tus estudios? Tienes que volver a Canadá.― Estaba preocupada, así que le comencé a hacer preguntas, creo que la ponía nerviosa.

―Eso ahora no importa, lo que importa es tu salud mental. Viste el cadáver de nuestra mamá, necesitas una psicóloga.―después de recordar lo sucedido, mi mirada estaba perdida.

Sabía que lo que había visto esa noche nunca lo olvidaría. Y viviría en mi memoria, carcomiendo mi conciencia para siempre, sin dejarme en paz.

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