𝑇ℎ𝑒 𝑈𝑛𝑒𝑥𝑝𝑒𝑐𝑡𝑒𝑑 𝐶𝑜𝑛𝑛𝑒𝑐𝑡𝑖𝑜𝑛

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Perspectiva de Dominic

Yo, Dominic, vivía con mis padres en una pequeña pero bonita casa. La verdad, siempre me aburría porque no tenía hermanos y mis padres estaban ocupados; a veces, no me prestaban mucha atención. Salía de mi casa para jugar con un perrito que siempre estaba en el parque. En uno de esos días, perseguí a aquel animal y terminé en un lugar desconocido. Por más que caminaba, no lograba encontrar mi casa. Después de caminar mucho, me encontré con una señora que llevaba un bebé en brazos. Le hablé de lo que había pasado, pero creo que no me prestó mucha atención. Solo me llevó a una comisaría y, aunque no recuerdo bien cómo, terminé en un orfanato abandonado. Tenía seis años, pelo blanco y ojos grises. Llevaba un saco negro muy grande y lloraba en una esquina de aquel orfanato. Al parecer, tampoco nadie me prestaba mucha atención.

Perspectiva Yuki

Yo, Yuki, un niño de seis años, vivía en una casa pequeña con mi madre, ya que mi padre me abandonó apenas supo que iba a nacer. Mi mamá, que tenía una enfermedad grave, murió cuando tenía siete años. Ella se suicidó tomando muchos medicamentos. Solo recuerdo ese día, yo llorando mientras la veía tirada en el piso y un policía intentando llevarme. Los horribles sonidos de la sirena del auto de la policía retumban en mi memoria. Después de eso, todo se volvió oscuro y terminé durmiendo en una cama en ese orfanato. Ya había pasado un año desde entonces. Ahora era un niño de ocho años, con pelo café y ojos del mismo color. No tenía amigos, ya que, como dije, no hablaba mucho.

- Me encontraba en una habitación, sentado en el piso, perdido en mis pensamientos, sin enterarme de nada.

(...)

- Vi cómo una niña se acercaba y me abrazaba. Yo la miré sin decir nada, aún inmerso en mis pensamientos.

- ¡Hola! -dijo aquella niña que no dejaba de abrazarme.

- Hola... -dije en un tono frío y sin prestarle mucha atención.

Perspectiva Dominic

- Estaba escondida, observando a aquel niño que parecía muy concentrado en sus pensamientos. Me acerqué para hablarle, notando su expresión seria y triste. Decidí abrazarlo, esperando animarlo, aunque parecía no prestarme mucha atención.

- ¡Hola! -dije, tratando de entablar conversación para animarlo.

- Hola... -respondió él con frialdad y sin mostrar mucho interés.

- Me llamo Dominic -me presenté, esperando a que él hiciera lo mismo.

- Yo... Yuki -dijo él, todavía pareciendo distante.

- ¿Quieres jugar a algo? ¿Quizás con carritos? -pregunté, deseando que aceptara, ya que me sentía aburrida.

- No sé... -intentó responder, pero lo interrumpí rápidamente para que no rechazara la idea.

- ¡Vamos, seguro que sí! -lo tomé de la mano y le di un carrito.

- Pero... está bien... -él finalmente aceptó y puso su carrito en el suelo, comenzando a jugar. Yo hice lo mismo, riéndonos mientras competíamos en carreras por todo el orfanato. Me alegraba haberlo animado.

Perspectiva Yuki

La niña me propuso jugar con carritos, y estaba a punto de rechazar la idea, pero era demasiado tarde, ya me había entregado un carrito. Vi su sonrisa y decidí no decir que no. Empezamos a jugar, riendo y divirtiéndonos sin saber por qué. Me di cuenta de que disfrutaba mucho jugando con ella. Finalmente, nos cansamos y nos tumbamos en el suelo. Ella me pasó una botella de agua y unas galletas.

- Gracias -dije sonriendo mientras abría cuidadosamente la botella para beber.

- De nada -ella sonrió y también tomó un paquete de galletas. Ahora que lo pienso, ¿de dónde lo sacó? Aquí solo nos daban comida vencida y con un sabor horrible.

- Oye, ¿y de dónde sacaste esta comida? -le pregunté, porque no podía dejar esa duda sin resolver.

- Magia -me respondió ella con una sonrisa. Yo me reí, pero la duda seguía ahí. Decidí no presionarla más y dejarlo así.

Terminamos de comer y luego seguimos jugando en el parque del orfanato, jugando a las escondidas y otros juegos más. No me di cuenta de que ya era de noche y las empleadas del orfanato nos llamaron para entrar, ya que estaba haciendo frío.

- Tengo sueño... -dijo la niña, frotándose los ojos con las manos.

- Bueno, creo que ya es hora de dormir -le sonreí y nos dirigimos a una de las habitaciones. Ahí nos acostamos en camas separadas. La niña se quedó dormida rápido, y yo la observé por un momento antes de caer dormido también. 

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2023 ⏰

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𝐵𝑟𝑜𝑡ℎ𝑒𝑟𝑠 𝑎𝑛𝑑 𝑓𝑟𝑖𝑒𝑛𝑑𝑠 𝑢𝑛𝑡𝑖𝑙 𝑡ℎ𝑒 𝑒𝑛𝑑 𝑜𝑓 𝑑𝑎𝑦𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora