Rosa De Vida - By: Rubi

Capítulo 2

Estuve pensando en eso recostada en mi cama, mientras escuchaba música de todas mis bandas favoritas, me reí por lo gracioso que fue ver a Stephan derribado por mi y Georg, después recordé la fiesta de cumpleaños que organice para Gaby, pues nunca olvidaré el hecho de que mientras todos la seguían para mojarla con cubetas, globos y pistolas de agua, yo corría con una cubeta llena de agua helada, pero el piso estaba lleno de agua, perdí el equilibrio y caí, la cubeta calló encima de mí dejándome empapada de agua, todos miraron como felizmente me levantaba y tomaba una pistola de agua, en ese instante todos comenzaron a mojarse no solo a Gaby, terminaron totalmente mojados estábamos hechos sopa y con frío, no sabíamos cómo secarnos ya que las toallas no alcanzaban para todos, en eso, un vago recuerdo pasó por mi mente, de la carpeta con música para bailar que se encontraba en mi celular, entre a la caza de Gaby ella no sabía que buscaba así que se salió al patio, encontré unas bocinas, conecte mi celular y la música se apoderó de la caza y de mis amigos, entonces Gaby me miró y dijo: 

-Eres una genio

-Jajaja gracias solo es cuestión de actuar rápido

-Jajaja si ahora nos podemos secar más rápido y de una forma divertida

-Ese es el punto, que tú te diviertas en un día especial como este 

-Gracias por ser mi amiga

-Tu mejor amiga- aclaré  

-Jajaja sí, aun no comprendo nuestra amistad, sabes?-dijo Gaby con una mirada de confusión

-Lo sé, quien diría que yo, una chica algo ruda, que prefiere a Linkin Park y Guns N´ Roses antes que a One Direction o al delincuente de Justin Bieber, fuera la mejor amiga de una Selenator

- Y no olvides que a pesar de eso nos entendemos a la perfección- respondió con una sonrisa 

-Jajaja si qué raro, no?- comente con una mirada de misterio, intentando hallar una explicación para ello, entonces Gaby habló

-Pues por algo somos ´´distintas, pero iguales´´

-Pero ahora ponte a bailar y disfruta de la fiesta jajaja- dije con tono de advertencia, pues no me gustaría que ella y yo nos enfermáramos, porque sería la última vez que podríamos mojarnos.

Mientras yo reía e imaginaba cómo sería la preparatoria sin ella, una canción me provocó sueño, pues era So Far Away de Avenged Sevenfold, y esa canción era lenta así que bostece una o dos veces y luego me quede dormida.

Ya era de mañana, era obvio que dormí mucho tiempo, e cambie y salí de mi habitación, esa mañana estaba iluminada por el sol, pero no había mariposas o avecillas, fui a la habitación de Andreas, desde afuera podía escuchar que lloraba desconsoladamente, trate de abrir la puerta pero estaba cerrada con llave desde adentro, no lo entendía, ¿qué pudo hacer que Andreas se encerara?

-Andreas abre la puerta-dijie después de tocar un par de veces

-Déjame solo- exclamó

-¿Por qué lloras, que ha pasado?- pregunté preocupada

-Vete, que no entiendes, ¡estás sorda o qué!- gritó

-Abre la puerta dime que pasa

-No me pasa nada, ya lárgate

-Bueno, ya me voy- le contesté decepcionada pero también enojada por su reacción

-Espera!- dijo Andreas 

-¿Qué pasa?- Respondí confundida, ¿no se supone que me debo de ir?

-Ten cuidado, ve por ayuda y no confíes en ellos- susurró

Baje las escaleras corriendo, de pronto vi por la ventana, aquel día soleado se había convertido en un día nublado y frío, no había nada ni nadie, todo estaba muy solitario y callado, giré a las derecha pues sentía que alguien me vigilaba, mi pulso aumentó, estaba desubicada, ¿qué fue lo que pasó?, cuando voltee reaccionaste asustada pues…

De la nada ahí estaban mis padres enfrente de mí, una sensación de inseguridad y miedo corrió por mi cuerpo, pero eran mis padres, ellos nunca me harían daño así que sin pensarlo me acerque a ellos, pero de la nada Elena me abrazó, como si quisiera retenerme.

-Hay que alivio que estén bien

-Tranquila *******, tranquila- respondió Elena

-¿Qué es lo que ha pasado?- pregunte con mucha tristeza

-Tranquila Nanni, no te preocupes eso no es importante

-Nanni?- cuestione dudosa, Elena me quería mucho, pero si había algo que nunca haría, era ponerme a mi hermano y a mi un apodo y dejar que Andreas sufriera.

-Sí, Nani, no te gusta?, o de cariño princesa- respondió mientras acariciaba mi cabello 

-¿Qué está pasando aquí, y por qué Andreas está llorando en su habitación?- les pregunté mientras me alejaba de ellos dando un paso atrás de una manera grosera, pues era obvio que algo andaba mal aquí pero no sabía que era.

-Dejaremos esta vida atrás y Andreas rechazó la oportunidad de vivir mejor, así que se quedará solo ya que no quiere salir- dijo Charlie con tono de enfado, había algo raro en él, parecía que no le importaría abandonar a unos de sus hijos.

-Pero tú nos acompañarás, ¿cierto?- intervino Elena, con tono dulce-¿cierto?- volvió a preguntar cono una mirada desafiante y esta vez con un tono muy agresivo.

-¡Vete al carajo!- grite al mismo tiempo que le solté una cachetada, pues me di cuenta que ellos no eran mis padres.

Eso fue suficiente para que me llevaran a la habitación de huéspedes y me encadenaran a una columna de la habitación, cerrando la puerta con llave, ahora entendía porque mi hermano se encerró él ya sabía que no eran nuestros padres, todo se volvió cada vez más frío tornándose oscuro, pues ya había anochecido, al igual que Andreas, quería soltarme a llorar,  ya que no sabía que había pasado, con mis padres, con el mundo y no sabía quiénes eran esas personas, estaba ahí sentada, cuando de pronto una luz blanca penetró la habitación, lo iluminó todo y vi la silueta de tres personas, a la izquierda un hombre de estatura mediana, delgado pero corpulento, los músculos se le notaban, con el cabello lacio y largo con una especie de flequillo, en medio una mujer de estatura baja, delgada con el cabello recogido y a su derecha, otro hombre alto, delgado y con un peinado muy raro, pues tenía el cabello de punta, ero a él no se le notaban los músculos como al otro,  los chavos se quedaron ahí parados mientras la chava caminó hacia mi, cuando estaba lo suficientemente cerca fui capaz de notar que ella era Gaby, quien con una sonrisa rompió las cadenas dejándome libre, lo cual fue muy raro yo estuve intentando safárme pero por más que intentaba no lo conseguí, los chavos me distrajeron un poco y no pude notar como rompió las cadenas Gaby, le di las gracias y ella me giñó el ojo, después me dio un abrazo lleno de cariño y se levantó colocándose entre los chicos de nuevo, los tres estaban en frete de mi, y aunque no pude notar el rostro de los chicos pude notar que también me observaban pues sentía su mirada, me dieron la espalda y se marcharon al mismo tiempo que escuchaba la voz de Gaby decir que nos encontraríamos en otra ciudad, aún no lo entendía, no sabía quiénes eran los sujetos que la acompañaban, no les vi su rostro pero me parecían familiares, y ¿Cómo es que entraron por la ventana sin una escalera y por qué con esa extraña luz blanca?, en el instante en que se fueron se llevaron la luz.

Me levanté del piso pero ya no estaba tan oscuro como antes, pareciera que la luna me cuidaba, pues su luz nocturna era la que ahora alumbraba un poco la habitación y eliminaba el frío, me asomé por la ventana y dirigí la mirada hacia abajo, pero no había nada, ningún rastro de Gaby y de los chicos, se habían esfumado por completo, pero por lo menos yo ya no tenía las cadenas, eleve la mirada hacia el cielo, y puede apreciar esa hermosa vista, pues estaba oscuro con la luna llena iluminándola y muchas estrellas plateadas alrededor de ella.