17. Mirando las estrellas

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Después de 2 meses desde que salió de la residencia Lali pudo retomar su vida bastante bien, tiene sus momentos, esos en los que no puede controlar sus pensamientos, pero está siendo fuerte, para este entonces la primera vez que le dieron el alta ya había recaído, pero aquí seguía, luchando y siendo feliz.

Tal vez no tiene tanto que ver con ella misma sino con la gente que le rodea, fue un gran acierto irse a vivir con sus padres, su madre va cada noche antes de irse a dormir a su habitación para preguntarle qué tal ha ido el día, y su padre no es tanto de palabras, pero cocina tan bien que con solo ver los platos de comida cada día te pones feliz.

Por otro lado, sus amigos de siempre, aquellos que han estado antes y después de los rumores, noticias y críticas le dan ese lado de juventud que no puede dejar atrás, ha empezado a salir de fiesta, pero ha decidido no tomar alcohol, te inhibe demasiado como para dejar a una chica con pensamientos suicidas sin conductor en el cerebro. Y también está Peter, con quien se ve prácticamente todos los días para hacer cualquier cosa, ya sea caminar por el parque, ayudarlo con la mudanza (donde conoció a su otra hermana, Rochi, quien se quedó de piedra al conocer a la gran Lali, no se sabía quién estaba más nerviosa si Lali o Rocío) o a veces solo quedan para sentarse en un banco y hablar, ellos tienen esa conexión desde que se conocieron y sin duda él le hace bien a su salud mental.

Después de estos 2 meses al fin Lali se ha animado a ir a un casting para una serie, no sé lo ha dicho a nadie, no quiere ilusionar a ninguno de sus amigos ni a su familia, solo lo está intentando otra vez, pero con mucha más calma, cree que de los tres directores de castings solo uno la ha reconocido, está probando con empresas más pequeñas, así no genera tanto revuelo como antes.

Se va de la prueba satisfecha, cree que lo ha hecho genial y tiene buenas sensaciones, pero nunca se sabe, hay muchas actrices que tienen un gran talento y que pueden ocupar su lugar. Al dirigirse a su coche ve a Allegra sentada en un banco tocando la guitarra y escribiendo algo en una libreta, Lali cree que está componiendo y no la quiere molestar, pero hace bastantes días que no la ve y la quiere saludar.

- ¡Hola!

Allegra, que estaba tan concentrada escribiendo, apenas se da cuenta de que la han saludado, mira hacia arriba y ve a Lali, sonriendo, se la ve feliz.

-Hey Lali, ¡hola!, siéntate por favor. - Le deja un hueco para poder sentarse, y eso es lo que hace la chica de metro cincuenta.

- ¿Qué tal? ¿Estás componiendo? – Le pregunta, mientras mira por encima la libreta, intenta que no se le note, sabe perfectamente que a los compositores no le gusta que lean sus obras antes de acabarlas. Y tal vez no ha sido muy sutil porque Allegra cierra la libreta.

-Lo intento, pero últimamente estoy sin inspiración, no sé, entre los exámenes, las clases, el trabajo... apenas tengo tiempo para pensar en lo que me pasa y escribirlo, ¿sabes? – Lali asiente, entiende ese nivel de estrés, y nunca viene nada bien para la musica.

- ¿No has pensado en dejar la carrera? – No hace falta que conteste, Allegra abre mucho los ojos, cualquiera que la viese desde fuera podía saber lo que quería decir "Estás loca". – Allegra, a ti lo que te gusta es esto. – Le señala la guitarra. – Y te aseguro que tienes algo que hace que todos tengamos que mirarte y escucharte, tal vez la carrera te parece el camino más fácil, o así harás felices a tus padres, no sé, pero dime la verdad, si ahora te diesen la oportunidad de trabajar de esto o de psicóloga, ¿qué elegirías?

El silencio fue la respuesta, Allegra sabía lo que quería, pero no solo era su decisión, estaban sus padres detrás, y saben que apenas hay gente que vive del arte, no les puede hacer sufrir así, Lali sigue hablando.

SÁLVAME (LALITER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora