Fue extraño, de repente vi aquelensaje de texto. Me avisó que la policía iría a verme.
Llegaron, habían asesinado a una mujer. No la conocía, pero hicieron preguntas sin detenerse.Uno de mis álbumes más inéditos sonaba en bucle en la escena del crimen. Era algo surrealista lo que se veían en las fotografías.
Una sábana ya casi roja por la sangre apretaba los muslos de la víctima hasta el desgarro. No se sabría que era de pálida piel debido al color morado de las extremidades. Se notaba una obsesión constante por el blanco en la escena. Blanco era además el nombre del álbum. Papel estrujado y pisoteado por toda la habitación era algo que en principio no llamaba la atención.pero el echo de que eran hojas nuevas sin usar ya hacía ver qué se habían colocado con total cuidado en el suelo y su estado de rupturas eran resultado de incansables horas de tortura a la víctima.No puedo dormir desde ese día, solo hay una idea en mi cabeza y... No puedo ni imaginar con quién duermen mis canciones...