ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 4

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Helsinki y Budapest estuvieron en posición cuando de pronto vieron regresar a Denver , cerró la puerta de inmediato y se desplomó con la respiración agitada.

–¿Qué ha sucedido?–inquirió Budapest. Caminando a su lado , llegó frente a él y se apoyó en una de sus rodillas quedando a su altura

–Toda está bien afuera , detuvieron el ataque. –pasó las manos por su cabeza –Pero la he liado abajo , el Gobernador está inconsciente.–lo susurró

Budapest se volteó a ver a los rehenes y a Helsinki

–Helsinki , vuelva a acomodar a los escoltas del Gobernador. Volverán a bajar los rehenes del segundo piso–volvió a Denver–¿Qué coño ha pasado abajo?

–Le he empujado , se golpeó la cabeza y aún no despierta–le resumió lo sucedido

–Joder –se levantó y caminó un poco. Regresó con Denver–Escúchame bien , lo hecho , hecho está. Ahora no necesitamos que pierdas la calma , volvamos con los rehenes , estoy más que segura que el Gobernador despertará y si no pues fue un gusto haberlo conocido.

Le estiro la mano para ayudarle a levantarse –Anda cámbiate , no permitiré que ninguno de los míos no traiga chaleco.

–Gracias. –corrió a cambiarse

Helsinki ya había vuelto a poner a todos los escoltas en el tubo y ahora solo faltaba guardar la ametralladora y los sacos que son usados para las trincheras.

–Todos a quitaros los chalecos en este momento–caminó hacia ellos – Entregad las armas y volvemos a guardar los sacos–ordenó cuando Tokio y Estocolmo volvían con los rehenes del segundo piso –Vosotros también , quitaros los chalecos y entregad el armamento.

Tokio y Estocolmo no replicaron a sus órdenes. Le ayudaron a controlar el orden de los rehenes. En menos de una hora ya habían regresado todos los sacos y estaban sentados. Denver llegó al primer piso luego de haber ido a la planta subterránea.

–Ha despertado –le informó a Budapest

–Bien , debes estar más tranquilo. Ahora toma tu puesto.

–Palermo está en la biblioteca. Quiere que subas en este momento–le avisó

–Vuelvo enseguida.

Cuando llegó a la biblioteca , Palermo estaba sentado en el sofá , frente a él se encontraban Helsinki y Tokio quien acaba de subir. Helsinki estaba quitándole la venda de los ojos. Se quedó estática

–¿Palermo? ¿ves algo con ese ojo? –le tapó el ojo izquierdo.

–Veo tu barba de ortodoxo ruso , serbio de los cojones–empezó a mirar a todos lados. Se detuvo en Budapest – Y ahora a una auténtica rusa mirándome como si tuviera un tercer ojo–ella rio y se acercó

–Solo soy mitad rusa , Palermo–le recordó

–Lo sé , querida–la vio caminar hacia el lado de Helsinki– Veo , gordo , veo bien.

–A ver otro ojo. –ahora le tapó el derecho. Palermo no dijo nada. Budapest y Tokio se miraron entre sí. –No pasa nada. Hay que curar ojo , mañana ver mejor–Palermo solo asintió con la cabeza–Vamos a poner parche –Le puso un antifaz cortado por la mitad– Voy a buscar bastón

Budapest se acercó y se sentó en el posa brazos.

–Helsinki sería un buen novio , eh. –Le susurró –Está haciendo puntos contigo.

–Lastima para él , vos ya los tenés todos ganados. Y quedamos en algo , no seremos distracción del otro aquí adentro.

Palermo , ¿estás ahí?–se escuchó la voz del profesor. Budapest le ayudó a levantarse y lo llevó hacia el comunicador.

𝐁𝐮𝐝𝐚𝐩𝐞𝐬𝐭 - 𝐏𝐚𝐥𝐞𝐫𝐦𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora