Con grafito escribes tu nombre en mi boca,
El roce de mis dedos lo distribuye por el resto de mi cuerpo
Para que así mis caderas no queden celosas.
Mientras te susurro que me masturbé la noche anterior pensando en ti,
Robo versos de nuestras charlas discretas
Como el cuánto odias al fascismo y al calor,
¡Cuánto odio al fascismo y al calor! Proclamó
Luego de posar su lengua por sobre mi pezón.
Báñame en sudor,
Aunque el grafito caiga en la manta
Me aferro a la esperanza de que algo de tinte quede en mi pecho,
Me aferro a la idea de la mugre que suele quedar entre las uñas,
Pero no me dejes después de irte, habitante.