aquí empieza

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En alguna parte del mundo.

Son las 00:00 am una maravillosa noche para pasear sin ningún motivo por los alrededores del lago Luján.

Martin siempre pensó que la vida sería una aventura de esas en las que superas obstáculos y cumples propósitos mundanos.
Pero ahora, con más de cuarenta años tratando con los mismos sucios socios a los cual llamaba amigos, bueno no pensaba exactamente que la vida sería una maravillosa aventura. Más bien una peligrosa llena de posos de agua sucia y caídas dolorosas.

- Buenas noches, Arti.

Un hombre grande y calvo lo esperaba en unos de esos asientos viejos de madera.

- Estás cada vez más chiflado si crees que ensuciar el atuendo de gala.

Los ojos del grandulon se achicaron para luego soltar una gran carcajada. Si algo odiaba Martín era que se le rían en la cara, si no fuera por qué su mejor amigo era un idiota de primera, y tenía todos las de ganar, este momento tendría otro final.

Suspiró de mala gana y se sentó, la espera del integrante faltante.

- eso es, arruina tu bonito traje- animo su amigo.

Este lo miro de reojo y chequeo su reloj.

- tik tiok tik tok- susurró.

Su compañero contuvo su risa.

- ya sabes cómo es.

- es una bruja, eso es.

- cuidado que te puede escuchar y no los quiero ver pelear durante horas, otra vez- advirtió

Los pensamientos de Martín se fueron lejos, a aquellos tiempos en que no eran peleas las que duraban horas, si no que noches enteras tratando de descifrar a la única mujer a qué había amado y perdido por su propia seguridad.

- creo que me retiraré Arti.

Sus pensamientos fueron explotados como una burbuja al escuchar a su acompañante decir esas palabras.

- ¿Que mierda dices? - susurró hacía él- ¿Acaso vez que él mundo este en sus años dorados? o es que acaso te encontraste vampiros saliendo a tomar sol en estás vacaciones y te convencieron de que desistir es la mejor opción a tus problemas.

- cierra tu boca Martín, sabes porque lo pienso.

- por esos estúpidos rumores de que tus poderes son débiles? -su amigo se tenso, el sabía que así era.

Iba a decir que eso era la peor de sus escusas, pero fue interrumpido por una voz tan dulce y armoniosa que le fue inevitable sentir escalofríos.

- estúpidos no son, son la verdad.

A su espalda una delgada mujer miraba hacia el lago, casi ausenté.

- compañeros - se deslizó hacia en el banco.

Martín atisbo a ver ese reflejo de dulzura más allá de el gran compañero de al lado, en aquellos suaves ojos que ella guardaba para las cosas bellas, pero que ahora ya no mostraba a todo el público.

Pero de eso el grandullón no le permitía nada, y unos brazos gigantes fueron a parar a sus dos pequeños amigos.

- ya es hora entonces. -se finalizó.

Así, sin más.

Cómo un misterio profundo, esa noche el lago fue visto con miles de incógnitas.

Los tres sabían lo peligroso del asunto. Si alguno de los tres está listo para su descenso, entonces no faltaba tanto para que los demás le sigan.

Aquí empieza todo. Que las madres guarden al mundo.

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⏰ Última actualización: Sep 16, 2021 ⏰

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