Ni se te ocurra tocarme.

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S-P-I-R-I-T, spiritLet's hear itS-P-I-R-I-T, spiritLet's hear itLet's go

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S-P-I-R-I-T, spirit
Let's hear it
S-P-I-R-I-T, spirit
Let's hear it
Let's go

<< Maldito seas, Detroit >>  Pienso, mientras la melodía de Happy Song hace temblar las ventanas de mi habitación. Detroit, Mi hermano mellizo tiene sus parlantes a punto de estallar mis tímpanos y estoy segura que los de los vecinos cercanos también.

Intento ignorarlo, mientras sigo viendo la película que me tiene enganchada.

-Bostooon, vuelve aquí o tirare tu ropa por la ventana. - se escucha un chillido desde el primer piso de la casa, o mejor dicho, el piso del que Georgia, mi hermana, se apropio. El grito es tan fuerte que se entiende por encima de la estridente música de Detroit, frustrando mi intención de ignorar el ruido con el que sobrevivo hace años.

Molesta con la poca tranquilidad que hay en este "hogar". Bajo los pies de mi cama. Pongo un pie fuera del umbral de la puerta de mi habitación cuando siento algo duro y alto impactar con fuerza sobre mi cuerpo, mandándome 3 pasos atrás y logrando que caiga sentada en la alfombra de mi habitación.

Desorientada alzo la mirada y escucho un portazo, seguido del rostro de Boston rojo intentando callar sus carcajadas y la diversión se asoma en sus ojos profundamente azules. Estoy a segundos de gritar que salga de aquí cuando siento su sudorosa mano sobre mis labios impidiendo que mi voz se escuche.

-SHHHHH, la loca sabrá que estoy acá y me golpeará- me calla en medio de susurros, refiriéndose hacia Georgia como la loca, nuestra hermana ruda, violenta y temperamental de 18 años.

Mordiendo fuerte sus dedos, logro que quite su mano de mi rostro. Tomo una fuerte respiración para observar y entender la razón por la que huye de Georgia. Escaneo su cuerpo, desde su cabello castaño oscuro, pasando por su piel blanca, ojos azules, << demasiado para mi gusto >> luego su pecho y notando que tras su espalda es donde están ambas manos en este momento, sonrió y me imagino que es lo que puede tener para huir y lograr que la bestia que está buscándolo en cada rincón de esta casa este así de desesperada. Sabiendo muy bien de que va la situación, intento ganar un poco, ya me involucraron, merezco algo bueno de todo esto.

-Dame un poco y dejaré que esta sea tu posada y escondite por esta noche, ¿lo tomas o lo dejas? - Propongo en un intento para que ceda y me comparta de lo que logró robar sin morir en el intento.

-¿Que te pasa? Arriesgue mi vida y mi integridad física consiguiendo esto, ¿para que tu con una sonrisa quieras la mitad? estas equivocada. - Dice indignado. Estoy a minutos de responder cuando tres golpes demasiado fuerte amenazan con tirar abajo la puerta de mi alcoba.

-SAAAAL YA, maldito cobarde. Entrégate por tu voluntad y tal vez me plantee el no matarte. -Grita fuertemente mi hermana desde el otro lado.

Sus gritos me hacen sonreír, ya que puedo presionar a Boston a ser un poco menos egoísta y compartir conmigo uno de sus grandes logros, que es robar a Georgia. Boston identifica mis intenciones de echarlo al agua, así que rodando los ojos acepta mi propuesta.

-Bien, bien. Te daré un 20%, pero por favor dime donde me oculto- Habla en medio de señas y su afán por no ser encontrado.

Me tomo mi tiempo en pensarlo mientras juego con sus nervios y escucho como Georgia intenta atravesar la puerta.

- 50% o no hay trato

- 30% - Intenta negociar

- 60% - Aumento

- 40% y estas siendo abusiva, que lo sepas - Me acusa pero cede un poco.

- 50% o grito y te dejo a tu suerte - Hablo un poco mas fuerte, presionando su decisión.

-Bieeeen, 50% pero das la cara por mi, y puedo dormir acá contigo - Cede pero suena casi una suplica, solo logra desesperarse cuando provoca que Georgia se enfurezca de esta manera.

Sonriendo como niño con juguete nuevo, le señalo la parte de atrás de mi armario donde hay un gran espacio y en el cual solía esconderme de Detroit todo el tiempo. El corre e intenta acomodar toda su extensión en ese lugar, ya que es realmente alto. Sacudo la cabeza y me decido a enfrentar a la bestia

Con mucho cuidado abro la puerta solo un poco para asegurarme de que no esta con un cuchillo o algo similar.

-Bella y amorosa Gigi, que te trae por acá a mis aposentos.- Exclamo al momento en el que abro por completo la puerta y ella entra como alma que lleva el diablo.

Desde el momento en que dije mi primera palabra fue Gigi, intentando referirme a Georgia, así que desde que tengo memoria, todos le hemos dicho así.

También soy consiente lo mucho que odia que intente hablar calmada y con palabras un poco mas pensadas a la hora de darle respuestas cuando esta furiosa, así que disfruto hacerlo el doble.

-Esta acá, ¿no? Dile que salga y resuelva esto como todo un hombre. - Chilla furiosa y con la respiración pesada.

-¿Te parece que esta acá? Empezando claramente porque detesto estar en medio de sus discusiones y porque detesto el doble que entren en mi habitación. Así que sin nada mas que decir, puedes irte por donde viniste, nena - Exclamo con fingida calma, porque soy consiente que si descubre mi mentira, los cómplices son castigados con la misma magnitud que la del ladrón.

-Mas te vale, Ally- mirándome fijamente e intentando descubrir alguna falla en mis facciones, da una vuelta en sus talones y se va diciendo una amenaza que no logro entender del todo.

Respiro profundo, felicitándome mentalmente por lograr mentirle a Gigi, volteo y voy en busca de mi socio para compartir ganancias. Me siento en mi cama despreocupada y espero.

-Ya puedes salir cobarde, enfrenté a la bestia y aplacé un poco más los líos- Exclamo en voz alta esperando que Boston salga.

-¿Ya te he dicho que eres mi hermana favorita? Porque lo eres, Ally. - Intenta mentirme ya que se muy bien que mañana le dirá lo mismo a Georgia para intentar arreglar la situación.

-Muy bien, dame lo que gané, has hablado mucho y no veo lo que me pertenece- Le exijo. Rodando los ojos, saca las manos de su espalda y al instante distingo el paquete grande de barras de chocolate de Ghirardelli.

Si, tenemos claro que es un premio que poco vale la pena. Pero, primero es uno de los mejores chocolates del mundo y segundo es el paquete de chocolate que mi padre le envía a Georgia cada 3 meses, solo y únicamente a ella. Esto gracias a que es la única que lo llama constantemente y le envía postales.

Honestamente odio llamar a Male como padre. Ni siquiera recuerdo su rostro y puedo jurar que el tampoco recuerda el mío. Vive en Italia hace 18 años, aun así tiene una extraña relación con mamá. Ella viaja constantemente a verlo, el jamás viene y pocas veces llama. Así que para mi, simplemente no existe.

Observo a Boston destapar el paquete y contar las barras para darme exactamente la mitad, se lo egoísta que es con la comida, jamás me daría una de mas.

Deja en mis manos diez barras y deja en las suyas otras diez. Se acuesta rudamente en mi cama, quedando en camiseta y pantalones para dormir. Honestamente siento que esto lo planeo desde el principio. Come tres de sus barras y las otras las deja en sus bolsillos.

Por mi parte, voy hasta mi armario, saco mi caja de pertenencias importantes y guardo mis chocolates bien merecidos.

Lavo mis dientes, me pongo el pijama y me dirijo a dormir, mañana todos debemos levantarnos temprano. Boston a su universidad, Georgia a su prueba universitaria, Detroit y yo a nuestro último año de instituto y todo será igual a los años pasados, o al menos, eso esperamos... 






  <3 <3 <3 <3

Gracias por leerme.

Inmaculada.

Respira un poco mas fuerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora