STORIES OF FIRE, WOLVES AND PACKS (PARTE 1 y en edición)

11. Noche de luna llena

Stiles estaba aterrado, Scott lo había dejado solo, pero podía ver cada vez menos luz llegar desde el exterior. Pronto sería de noche y el alfa llegaría para morderlo.

Intentó soltarse de sus ataduras una vez más sin éxito, y cerró los ojos intentando calmarse, no quería sufrir otro ataque de pánico. Mientras, en su mente pedía ser encontrado, se lo pedía a Newt, la única persona que había ocupado su mente los últimos tres días de su cautiverio, que por favor lo encontrara, porque ahora lo que más quería era ver al rubio. Pensar en él lo calmaba. Esperaba que pudiera encontrarlo, descubrir una pista de su paradero, que los poderes de Lydia puedan oírlo de alguna forma, aún cuando no podía hablar.

Para cuando abrió los ojos nuevamente, ya estaba completamente oscuro, y el alfa apareció frente a él con sus ojos brillando en escarlata. Retrocedió como pudo hasta pegar su espalda a la pared detrás suyo. Al verlo avanzar hacia él, comienza a negar con la cabeza repetidas veces e intenta una vez más hacerlo entrar en razón a través de la cinta en su boca, sintiendo el miedo apoderarse de su ser.

"No, por favor", era lo que reflejaba su rostro.

Para cuando la manada llegó al pueblo vecino ya había anochecido, pero la luna no estaba en su punto más alto, lo que querían creer que aún les daba tiempo para encontrar a Stiles. Esperaban que no fuera demasiado tarde, y el alfa no lo hubiera mordido. Todos sabían lo que podía pasar, así que si lo mordía, rogaban porque el humano renaciera como beta, o lo único que encontrarían sería el cadáver del chico.

De vez en cuando le echaban una mirada de Newt, que parecía más serio que nunca, pero podían oler su preocupación y miedo, iba de copiloto en el camaro de Derek, quien era el que más lo miraba. Sabía de los sentimientos del dragón hacia el humano, y no quería que pasara por lo mismo que él pasó.

Había investigado anteriormente sobre el pueblo, y tal como Cora había dicho, en él había dos estaciones de trenes, pero ninguna de ellas estaba en uso, así que cada grupo iría por su lado para buscar. El plan era simple, buscarían a Stiles, lo liberarían y si debían luchar contra Scott lo harían. Sólo esperaban que las cosas no se salieran de control y no terminaran perdiendo a uno de los dos adolescentes.

Al llegar el equipo liderado por Derek a su estación de trenes, se movieron con cautela. Estaba demasiado silencioso y eso les daba mala espina. Entraron a la construcción atentos a la aparición del alfa, y siguiendo las instrucciones de Lydia y Newt, se encaminaron al cuarto de mantenimiento. Al llegar a la puerta todos se preocuparon. Al abrirla se encontraron con escaleras, las que bajaron con el alfa Hale a la cabeza, seguido por los demás y Jackson al final de todos cuidándoles la espalda. Al entrar a la habitación lo hicieron de manera que estaban listos para luchar, teniendo sus garras y colmillos fuera y sus ojos brillando. Pero el lugar estaba vacío. Stiles no estaba ahí.

—¿Dónde está?— preguntó Allison. Rápidamente hicieron un rastreo en el lugar, pero por más que lo intentaron, no encontraron nada.

—Fantástico. ¿Ahora qué?— preguntó Jackson exasperado, recibiendo un codazo de parte de Allison. Newt le gruñó con molestia. De pronto el tono de llamada del celular de Derek los distrajo.

—Erika.— llamó rápidamente el Hale al contestar la llamada.

—Derek, ya estamos en la estación.— le contó la loba a su alfa, quien puso la llamada en altavoz— Stiles no está aquí. Nos equivocamos.— soltó con pesar, acabando con las esperanzas de los que la escuchaban. Newt se dejó caer al suelo de rodillas, mientras las escamas aparecían en sus mejillas, sus dientes se afilaban y sus ojos brillaban, y en ese estado soltó un fuerte rugido. Lydia les dio la espalda mientras soltaba lágrimas y se abrazaba a sí misma. Derek veía a Newt, entendiendo cómo se sentía y le dolía ver así a su nuevo beta, porque sí, él ya lo consideraba su beta y parte de la manada— Espera. ¡Encontramos un segundo cuarto!