Fuego contra fuego

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Midorima sentía que la cabeza le iba a explotar, luego de haber hecho su rápida lectura.

¿Porqué el destino le estaba dando una pareja tan complicada?

-...Midorima...—Llamó Nash, deteniendo su carruaje, al verlo salir del templo—...La arena está lista, necesito que vayas ahí, ya...—Ni siquiera le dió tiempo a hablar, ya que se encaminó a dar aviso a los demás dioses en el olimpo.

-...Genial...Más dolores de cabeza...—Maldijo el peli-verde, antes de dirigirse a la arena.

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Kuroko sintió un escalofrío en su espalda, antes de que el rubio hiciera aparición y les informara que la arena estaba lista para la batalla.

-...Takao-Kun...—El peli-celeste le miró—Debo decirte un par de cosas antes de que lleguemos...—Volteó a ver al castaño—...Furihata-Kun, tú avisa a Kise-Kun y con él ve a la arena también.

-...De acuerdo...—El can asintió, levantándose de su lugar.

-...Yo le informaré a mi hermano sobre Aomine-Kun y Sakurai-Kun...—Volvió a hablar el peli-celeste y junto al nórdico, emprendieron rumbo a la arena de batalla.

Ya solo, Kouki se adentró en el templo, buscando a su cuidador, mas no se esperaba encontrarlo de esa forma.

Se ocultó detrás de un pilar, observándolos en silencio. Se besaban. El rubio estaba sobre el nórdico, muy cómodo entre sus piernas, al parecer. Las manos del griego apretaban esporádicamente el pecho del pelinegro a la vez que sus caderas se movían lento.

Se le antojó interesante.

-...No sabía que te gustara esto...—Murmuraron a su oído, haciéndolo enrojecer y casi gritar del susto. Y digo casi, porque el chico le cubrió la boca—...Oh, mi curioso Kouki. Yo quiero hacer eso contigo también...—Mordisqueó su canina oreja, provocándole variados estremecimientos y que este se tornara más rojo de lo que ya estaba.

La cadera del griego se apegó al trasero del egipcio, dejándole notar lo animado que se encontraba en ese momento.

-...A-Akashi-San...—Jadeó bajito.

-...Shhhhh...—Murmuró y comenzó a menearse, disfrutando del roce, aguantando las ganas que tenía de desnudarlo y tomarlo ahí mismo, sin importarle que los otros dos los vieran o no.

-...Espera...—Escucharon y ambos voltearon a ver a la otra dupla. Kasamatsu había apartado al rubio. Estaba sonrojado y limpiaba sus labios lentamente—...Estás yendo muy rápido.

-...Pero...

-...Aún no...—Negó con la cabeza—...No estoy listo para esto, Kise.

-...Pero...

-...¡No seas más idiota de lo que eres! —Gruñó y lo apartó por completo de él, volteando rápidamente al divisar algo moviéndose entre las sombras.

Akashi sostuvo con fuerza la cola del egipcio, casi causándole daño a su dueño.

-...¿Pasa algo? —Parpadeó un par de vecea y volteó hacia el mismo lugar que él veía.

Yukio se levantó, sin importarle que el rubio mostrara su erección y se acercó lentamente al pilar.

-...¿Quién está ahí? —Preguntó, cruzándose de brazos. Kise ladeó el rostro, confundido.

Pasó un corto momento hasta que los dos ocultos se mostraran. Akashi, orgulloso. Kouki, apenado. Kise ahora estaba sorprendido.

-...L-Lo lamento...—Murmuró el castaño—...No quería interrumpirlos y...Kuroko-Sama dijo que...—Les esquivaba la mirada.

Kamigami No BasketDonde viven las historias. Descúbrelo ahora