El Stop
29 de Enero, 2020.
— Entonces... ¿se gustan no es así? —pregunta Meghan jugando con su pajilla.
— Daah —dice Ginger, rodando sus ojos.
Sonrío mientras niego.
— Son el uno para el otro la verdad —comenta con seguridad la pelinegra, Meghan, mientras desvía su vista a la televisión en la dulcería.
— Si, Wyatt es tan sexy y azucarado a la vez —conviene mi otra amiga, con una sonrisa cómplice mientras lleva palomitas acarameladas a su boca.
— Siii —chilla la otra con emoción y vuelve su vista a mi—. Y de ti ni se diga —eleva ambas cejas.
Ríen a la par.
Luego de unos segundos, tal vez minutos en los que me sumergí viendo la bebida que tenía al frente, se rompe el silencio.
— ¿Por qué estás tan callada? —pregunta la castaña, Ginger.
Elevo mi vista hacia ella y la observo un instante. Luego suspiro un poco y relajo mis hombros.
— Solo es que... no sé muy bien como avanzar ahora —hago una mueca triste.
No suelo estar triste. La verdad es algo que siempre trato de ver positivamente, o posidulcemente como yo le diría. Si le doy paso, no la reprimo pues es necesaria, pero siempre me gusta buscarle una solución inmediata o mientras lo resuelvo ponerle una linda capa color rosa que me haga mantener animada.
Por eso ahora necesito colocar esa capa, solo que no sé muy bien como hacerlo porque me distrae el hecho de que me de miedo dar un paso que aunque lo quiero, requiere de mucha valentía.
Ambas chicas fruncen el ceño.
— ¿A qué te refieres?
— No quiero arruinar las cosas chicas.