Valora lo que tienes...

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No eran novios, no iban a serlo nunca, no por falta de ganas, sino por falta de interés. Se veían a ratos, eran felices en algunos momentos puntuales; uno de ellos solía ser los fines de semana, cuando la veía en alguna fiesta, y casi siempre a las 5 o 6 de la mañana. Buscaban el calor, la pasión, no buscaban amor, ni relación estable, al menos uno de ellos.
Él era libre, como el viento, como los pájaros, volaba de un lado a otro y de vez en cuando necesita posarse en algún sitio. A veces buscaba otro calor, otra cama y otras sábanas que no fueran las de ella. Ella era diferente, no necesitaba a nadie más, sólo lo necesita a él, le daba igual cuanto durara el amor entre ellos, porque ella se aferró a que el significado de la palabra amor no llegaba a nada más de lo que ellos dos tenían. Ni más ni menos, ratos de pasión y quizás alguna que otra noche completa, pero a la mañana volvía la pesadilla, los mensajes a destiempo, o incluso mensajes sin responder.
Ella se enfadaba, pero lo hacía con ella misma, le volvía a decir que no la volviera a molestar, que si esa era su manera de querer, que no la quisiera. En realidad era mentira, ella deseaba que su móvil volviera a sonar, aunque fuera a las 5 de la mañana. Quiso pensar que no había otra manera de querer. La cosa seguía, pasaban los meses y entre ellos no cambiaba nada, él era de muchas, ella sólo de uno. Le encantaba pasar noches a su lado, lo miraba mientras él dormía, no se explicaba como lo podía querer tanto. Ella sabía que él la quería, pero ese amor loco ella no lo soportaba. Pensó que sería mejor terminar toda esta aventura que la tenía loca, esta vez de verdad. Él le dijo hasta luego y le dio un beso en los labios, como siempre, pero ella sabía que no era un hasta luego, esta vez sería un adiós definitivo, fijó sus ojos en él, lo miró y lo observó hasta que él cerró la puerta, se le escapó una lágrima y entre dientes dijo: "Te voy a querer siempre". Llegaron los mensajes de nuevo a las 5 de la mañana, esta vez no había respuesta. Comenzaron llamadas y mensajes que seguían sin respuesta. Pasaron días, incluso varios meses, hasta que se encontraron. Ella temblaba, a él por primera vez se le hizo un nudo en el estómago, la había perdido y esta vez para siempre. Ella le había dado sentido a su vida con un amor de verdad. Encontró a quien la sabía cuidar, la sabía querer. Ella no iba a querer nunca a alguien como lo había querido a él, pero eso es lo que necesitaba en su vida, un amor tranquilo y verdadero y no volver a querer a nadie como lo quiso a él. El sentido de amor de esa relación jamás podría ser sano. Pasaron los meses y él seguía igual, pero ahora era diferente, porque en todas las mujeres la buscaba a ella, y no la encontraba, se sentía vacío. Se maldijo mil veces por no haber sabido apreciar el amor que ella siempre había sentido hacia él durante años. Caían lágrimas de sus ojos, no se lo podía creer, lloraba por una mujer, lloraba por amor, lloraba por ella. Cogió su móvil, tragó saliva y le mandó un último mensaje: "Te echo de menos, y te necesito a mi lado ahora y siempre, nunca pensé que yo dijera esto, pero no soy feliz sin ti a mi lado. Te debí querer más y quererte mejor, siempre te voy a estar esperando pequeña". Y una vez más, no hubo respuesta.
«VALORA LO QUE TIENES, ANTES DE QUE LA VIDA TE ENSEÑE A VALORAR LO QUE YA PERDISTE»

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⏰ Última actualización: Sep 16, 2021 ⏰

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