Solos y Juntos

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Pov Omnisciente

Se veía tan solo.

Y quizás solo por eso es que se había acercado a hablar con aquel chico rubio.

Porque, para él, había sido como ver una solitaria estrella en un mar repleto de constelaciones.

Recordaba que, la primera vez que le vio, aquel chico se veía tranquilo. Tenía la mirada baja y parecía estar leyendo algo.

Esa vez, simplemente le había pasado de largo.

Después de todo, aquel no era su problema.

No le conocía de nada. Juraría que jamás le había visto.

Días después, aquel chico era uno de sus nuevos compañeros.

Y, pese a que las clases había comenzado hace ya una semana, aquel chico misterioso estaba allí.

Quizás por pena, quizás por compasión, o quizás, por simple empatía es que se había acercado a él un par de días después.

Eso no era normal en él, y el resto de sus amigos se lo había dejado más que claro.

Aquel par de amigos que se habían tenido que acercar a él porque, si no fuera por ello, seguro que seguiría como perro abandonado.

Quizás incluso por eso es que se había acercado al otro chico, porque sabía lo que se sentía estar solo.

Probablemente el otro chico hubiese querido estar solo. No tener compañía más que su propia presencia, sin embargo, eso dejo de importar cuando el chico con heterocromía se le acercó.

"Déjame, quiero estar solo" le había casi gruñido el rubio cuando vio que el otro chico se había sentado a un lado suyo.

"Podemos estar solos juntos" le había respondido, echando un pequeño vistazo a lo que leí el rubio.

Si tan solo ambos chicos hubiesen sabido que, después de un par de meses juntos, terminarían sintiendo cosas por el otro, quizás sus acciones en aquel momento habrían sido diferentes.

Quizás habrían dicho más cosas. Quizás menos.

El caso era que, ahora, llegaban a sentir su corazón en la garganta cuando tendían a estar juntos.

Llegaban a ponerse nerviosos, y aun así, intentar disimular todo aquello que su corazón pedía gritar.

Se sentían débiles al lado del otro.

Se sentina únicos.

Sentían mil cosas al lado del otro, pero la soledad jamás era opción.

Ahora pensaban en su vida antes de conocer al otro y, pesaban que, quizás, es como si toda su vida, hubiesen estado dormidos.

Aquel sentimiento era desconocido.

Claro que sí, para todo el mundo lo es.

Nadie nace y sabe inmediatamente lo que es aquello.

Sin embargo, quizás, solo quizás, podrían intentar conocerlo juntos.

Solos y juntos.

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