Al fin
Luego de su confesión indirecta pero directa, se disculpó para atravesar la gran mansión e ir a saludar y felicitar a Meghan. Yo me quedé embobada toda la velada mientras intentaba mantener una charla con Ginger lo cual me estaba resultando pésimo ya que me encontraba prácticamente en las nubes. Me tiene toda perdida ese niño.— ¡Hailee!
Me sobresalté al instante.
— Am, si, lo siento. ¿Qué decías?
Me observó curiosa y luego burlona y divertida.
— ¿Te enloquece no es así? —preguntó con una gran sonrisa.
Hice una mueca mientras sonreía. ¿Saben que hay cosas tan evidentes que no se pueden negar cierto?
De momento, desvié la mirada y lo vi a los lejos, hablando con unos chicos. Sin apartar la mirada de él, respondí en un susurro que sé que pudo Ginger escuchar.
— Es fabuloso —esbocé una ladina sonrisa.
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Pasó un rato, donde me encontraba sola en la sala principal, recostada de la pared y tomando una copa. Solo podía concentrarme en tranquilizar mis nervios y tratar de ser inteligente.
En un momento, mi campo visual fue invadido.
— ¿Qué hay de nuevo H?
Me tomó por sorpresa pero me incorporé al instante.
— Tod…
Mis palabras quedaron suspendidas en el aire tras el gran apagón. Al parecer se ha ido la luz. De inmediato me tensé y empecé a sentir grandes nervios. Por suerte la tenue luz de la luna entraba por las ventanas de la casa, así que pude quedarme observando aún en penumbras su rostro.
Dio un paso adelante y entonces mi cuerpo tomó un estado más rígido. Mis sentidos estaban nublando y no podía pensar con claridad. Demonios, estar con él a oscuras.
Busca mis ojos y entonces lo miro. Nos sostenemos la mirada.
— ¿Por qué te pones tan nerviosa si sabes lo que queremos los dos? —pregunta elevando una mano para pasar un mechón de mi flequillo tras la oreja.
Esa simple interacción mi hizo suspirar y cerrar los ojos.
Entonces posó sus mano en mi cintura y me sentí desfallecer.
— Hasta tus gestos sensuales son dulces Hailee —comenta escudriñando mi rostro.
Sé que debo parecer una idiota, toda sonrosada y aturdida. Es que, no estoy segura de como proceder.
Pasan unos largos segundos en silencio, donde nos dedicamos a observarnos y yo… a escuchar el latir de mi corazón acelerado casi como un zumbido.
— Hasta que no digas algo no haré nada amor.
Sus ojos me observan con espera. A la espera de mi buena reacción y opinión sobre todo esto.
Vamos Hailee joder, deja la estupidez y busca lo que quieres.
Doy un gran suspiro, tomo valentía y coloco mis manos en sus hombros.
— Me tienes en las nubes más dulces AT —confieso mirándolo a los ojos.
Pude sentir el alivio y la satisfacción al instante.
Sonrió de una manera sexy y maliciosa. Juntó su frente a la mía y nos tomamos unos segundos ahí, solo disfrutándonos. Disfrutando esta dulce, fresca y genial sensación, impregnada de mucho sentimiento acumulado, alegría, sonrisas y afecto. Puedo decir que literalmente puedo saborear el oxígeno azucarado que nos rodea. Nuestras respiraciones se mezclan en una explosión divinamente glúcida.
Entonces, me acerca más a el y de a poco y con sutileza, empieza a bajar sus labios hasta los míos. Cuando se encuentran, pasamos a un beso con lentitud enloquecedora…
Dios, casi dejo de respirar.