Capítulo 27: "Ya lo dejaré".

26 3 0
                                    

—A ver —asomo la cabeza por el umbral de las tres habitaciones—, hay dos con una cama y una con dos camas. A mí me da igual compartir cuarto.

—Y a mí. —Dicen las tres a la vez.

—¿Piedra, Papel o Tijeras? —Propone Gemma, todas asentimos.— Lo haremos así: Ruth, tú juegas contra mí, Lucy, tú contra Anne. Las dos que ganen en esos duelos, se quedan con las dos habitaciones individuales. Las dos que pierdan, comparten la tercera habitación.

—Está bien. —Dice Lucy por las tres.

Después de tres duras rondas de "Piedra, Papel o Tijeras" contra Lucy, ella es muy buena jugando al igual que yo —aunque sea imposible ser buena en un juego de azar, lo somos—, termina el campeonato. Las ganadoras somos Gemma y yo, Ruth y Lucy tendrán que compartir habitación.

—Pues ya está todo repartido. Ahora, si me permitís, me voy a deshacer mi maleta. —Anuncia Gemma.

—Y yo. —Dicen Ruth y Lucy a la vez.

Vamos hasta el vestíbulo y cogemos cada una su maleta. Me llevo a mi cuarto la mía y la deshago guardando cada cosa en su lugar. Mientras voy organizando todo, escucho como Ruth y Lucy discuten por el armario, las camas... El espacio de la habitación en general. Saco los altavoces portátiles azules que traía dentro de mi maleta y los conecto a mi móvil. De repente Lucy Ruth paran de discutir y escuchan las canciones que mis altavoces reproducen, supongo.

—¡Sube el volumen, esta canción me encanta! —Grita Gemma desde su habitación. Río levemente ante su comentario, pero le hago caso y subo el volumen.

Media hora después termino de organizar todo, la última de las cuatro. Gemma y Lucy están viendo la televisión en el salón y Ruth está con el ordenador portátil en la mesa del comedor.

—Bueno —aparezco por el pasillo—, ¿no vamos a hacer nada en todo el día?

—Estamos cansadas, Anne. —Dice Gemma.

—¡Por Dios! ¡Qué aburridas! —Digo clavando las manos en mis caderas.

—Yo voy a salir a fumar, si quieres venir conmigo... —Dice Ruth agachando la tapa del ordenador.

—¿¡QUÉ?! —Decimos Gemma, Lucy y yo a la vez.

—¿¡DESDE CUÁNDO FUMAS?! —Pregunta Lucy.

—¿¡ESTÁS LOCA?! —Pregunto.

—¿¡QUÉ SE TE HA PASADO POR LA CABEZA?! —Pregunta Gemma.

—¡Eh, eh, eh!, ¡es algo normal! —Dice mientras desaparece por el pasillo hacia su habitación.— Además, ¡no me voy a morir por fumar un poco! —Dice desde su habitación.

—¿Estás loca, Ruth? ¡El tabaco es una droga! ¡Y las drogas son difíciles de abandonar! —Dice Lucy.

—Tranquilas, sólo es por el estrés. En cuanto esté más relajada, ya lo dejaré. —Intenta defenderse. Me sorprende la reacción de Ruth. Se está tomando todo esto con una tranquilidad horrible e irritante. Me saca de mis casillas su comportamiento pasota. ¿Pero quién se cree que es? ¿Bob Marley? ¿Por fumar unos cigarrillos?

—¿¡Pero es que no te enteras?! —Comienza Lucy.— ¡Qué es malísimo para la salud!

—¡Dejadme que haga lo que quiera! ¡Si estoy fumando es por algo! —Dice enfadada acercándose a la puerta mientras se pone el abrigo.

—Espera, Ruth; voy contigo. —Digo y mis otras dos amigas me miran y me hacen gestos: señalan a Ruth y después se llevan su dedo índice y corazón a la boca, como si estuviesen agarrando un cigarro, y por último, me hacen un gesto de por favor o de rezo más bien. Yo les hago un gesto sencillo y efectivo: utilizo mi mano para "cortarme el cuello" y a la vez sacudo con la cabeza. Una vez mantenida la conversación, sigo a Ruth por la puerta.

El Susurro de AnneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora