9. Ziam.

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Veintinueve de Agosto, ¡Cumpleaños de Liam! 

Las amistades más cercanas a el castaño se encontraban planeando una sorpresa, pequeña, pero le iba a encantar, de eso estaban seguros.

Incluso Verónica estaba metida en el plan, y aunque al principio se negó rotundamente, Bonnie se encargó se convencerla. Y es que claro, el chico detrás de esa peluca y todo ese maquillaje siempre iba a terminar cediendo ante las penitencias de la castaña.

Ese día,  Bonnie se encontraba en su habitación, esbozando su mejor sonrisa, mientras se arreglaba su cabello. La verdad era que no era muy amante de las fiestas, en definitiva, pero con tal y colaborar para que uno de sus mejores amigos pasara un buen rato, lo iba a hacer.


-Hija... -murmuró Leah, entrando.

-¿Sí, mamá?

-Te veo muy feliz desde que eres amiga de esa chica. -la madre se sentó sobre la cama y comenzó a mirar a su hija.

-Ah, sí, Verónica. -sonrió aún mas.

-No soportaba verte llorando por ese chico, Nail.

-Aún lo extraño, pero sólo un poco. Creo que he logrado olvidarlo gracias a Verónica. Y por cierto, es Niall. -corrigió mientras reía,


La madre rió un poco y preguntó: -¿Y a dónde vas?

-Liam está de cumpleaños. Harry y yo planeamos en secreto hacer de cupido entre él y Verónica, y quisimos arreglar una fiesta de cumpleaños. 


Su madre asintió y simplemente dijo: -Los chicos de hoy.


Al estar lista Bonnie, se despidió de sus padres y salió a casa de Verónica, tocó la puerta un par de veces, nadie salía. 

Dentro de la casa, Trisha le gritaba a un muy estresado Zayn que se apurara. El moreno se estaba maquillando. 

Gracias a su madre, había aprendido muy bien.

Sí, asustaba.


-¡Zayn Javadd Malik Army! ¡Mueve esas manos y maquíllate lo más pronto que puedas! -y esa no era la frase que cualquier madre espera decirle a su hijo adolescente.

-Cálmate, mujer.

-Bonnie está allá abajo, ¿por qué estas tardando tanto?

-Es que, ¡ya no soporto estas naranjas! Se mueven mucho y hacen cosquillas, ¿no tienes otra cosa?


La madre pensó un poco.


-Tengo relleno.


Zayn suspiró, y una vez más disfrutaba la imagen de Harry siendo carcomido por gusanos en su mente. Definitivamente, el rizado era quien más se divertía con toda esta situación. 

Trisha le puso el relleno con sumo cuidado, y haciendo el mejor de los esfuerzos para no reir en la cara de su hijo.

Y el resultado fue un busto más pequeño que de costumbre, pero claro que servía. Además, era muchísimo más cómodo para el moreno.


-Creo que ya estoy listo. -suspirando dijo, mirandose así mismo en el espejo.

-¿Hasta cuándo durará esto?

Enamorando a Verónica → zaynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora