attention

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Jimin gimió ronco sintiendo como la tela de su ropa interior rozaba indebidamente sobre su creciente erección, sus manos tanteando sobre ésta y su voz entrecortándose a medida que sus dedos tenían contacto con la punta de su glande. Estaba caliente, sí, de eso estaba seguro, pero no sabía realmente el porqué.

Hoy había despertado sumamente sensible, todo le daba vueltas y era extramadamente caluroso para él.
Esto no era algo nuevo, definitivamente no lo era. Los últimos días, despertaba a mitad de la noche con las mejillas sonrojadas y el cuerpo caluroso y tenso, curioso, como si buscara algo entre la comodidad de sus sábanas. Tan sólo encontrando el atrayente olor a pino y menta de su alfa, que lo dejaba sin aliento y anhelante.

Hacía semanas que Taehyung ni se dignaba a tocarle un pelo, ocasionalmente lo evitaba y ya ni siquiera dormía en la habitación que los dos compartían en su pequeño departamento. Su cama se sentía solitaria desde entonces, pero mantenía el refrescante olor del menor y eso era algo que Jimin, muy en sus adentros, agradecía.

¿Se había sentido mal? Como la mierda que sí, Jimin incluso había intentado disculparse varias veces sólo por si había cometido algún error, también lo persiguió todo un día, le hizo pucheros, se montó en su regazo y lo llamó con apodos tiernos con el fin de obtener su atención pero las cosas simplemente seguían frías. Su alfa tan sólo explicó que se estaba dedicando a estudiar y que luego lo recompensaría, pero extrañaba la calidez del menor.

Su novio siempre andaba con sus libros encima y ya ni siquiera se preocupaba por darle un beso de buenas noches. Era injusto y triste, muy triste, y a pesar de que él no fuese usualmente un omega sensible, no podía evitar agachar la cabeza al pensar en el tiempo que hace mucho, no compartía con Kim.

El alfa siempre había sido una persona muy responsable y siempre intentaba organizar sus prioridades, y no es que el omega no fuese una de ellas, pero el menor quería ser un médico de renombre y no podría lograrlo si tan sólo se dedicaba a su omega, lamentablemente.

Y Jimin lo entendía, vaya que sí.

Pero lo extrañaba.

Oh, sí, de muchas maneras.

Jimin frunció su ceño, y una vez más, masajeó con descaro el creciente bulto entre sus boxers. Reprimió un jadeo involuntario y humedeció sus labios de nuevo.

Sus sospechas estaban claras, su celo se había adelantado desmesuradamente y necesitaba algo más que las almohadas de Taehyung para poder calmarse. Había intentado tomar supresores pero las cosas no se calmaban. Estaba desesperado y caliente, muy caliente.

Por su mente sólo pasaban imágenes que no hacían más que aumentar el dolor palpitante entre sus piernas. Necesitaba ayuda. Necesitaba a Taehyung.

Vaya que lo hacía.

Pasó una mano por su cuello, dirigiéndola directamente hacia donde estaba su ya vieja marca. Estaba cicatrizada y muy sensible debido a su estado actual. Necesitó sentir los dientes del menor de nuevo hincándose sin vergüenza en el área, necesitó su voz ronca en su oído y su risa burlona al notar su desespero. Joder, lo necesitaba a él.

Sus piernas flaquearon y él gimió, necesitado, como hace siglos no lo estaba.

—¡A-ah, T-Taehyung!

El olor de aquella habitación era una mezcla exquisita entre algodón de azúcar y fresas frescas. Todo cubierto en su totalidad por sus feromonas. Su respiración estaba agitada y sabía que no podría contenerse por mucho más.

Taehyung tendría que ayudarlo o estaba seguro de que lo castraría.

Sí, eso iba a hacer.

[ ... ]

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⏰ Última actualización: Nov 01, 2021 ⏰

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