De noches accidentadas y mañanas maravillosas - [OS Yoonmin omegaverse]

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Esa noche, Jimin estaba bastante seguro de que terminaría ebrio. La salida al club de la que sus amigos habían estado hablando durante toda la semana, se había convertido, desde el principio, en una salida de pareja en la que él era la tercera rueda amargada a la que no le gustaba socializar con desconocidos que exudaban feromonas de atracción en cantidades demasiado altas.

No es como si le molestase, Jimin estaba acostumbrado a ello. Llevaba siendo amigo de Jungkook y de Taehyung desde que había llegado a la universidad, y estaba super agradecido por ello. Jungkook había sido el único alfa en aquellos salones de clases y salas de práctica, que no le había resultado intimidante y que se había acercado a él solo con el fin de formar equipos y ser compañeros. Jungkook tenía una sonrisa dulce y ojos expresivos, y entendía a la perfección los pensamientos omegas que Jimin exteriorizaba sin vergüenza y que a muchos alfas les parecían irracionales. Cuando lo conoció, Jungkook estaba absolutamente prendado de un estudiante de arte que era tan talentoso como hermoso, Kim Taehyung, quien igual había caído rendido por el alfa desde el primer momento en el que este pronunció una confesión para él. Jungkook, además, tenía un hermano mayor, Seokjin, que convivía con él y que también era un omega. Y luego estaba Jung Hoseok, otro muchacho en su clase, un beta que era tan enérgico y simpático como el mismísimo sol. Así que rodeado de estas personas, Jimin podía sentirse como en casa, a pesar de que había llegado a la ciudad desde lejos y lleno de inseguridad, pensando siempre si era correcta la dirección que le estaba dando a su vida.

Todos se esforzaban demasiado, y aunque eran adeptos a los almuerzos, cenas y noches de películas entre amigos, también les gustaba salir a bailar para descargar la tensión. Y estaba en la naturaleza de cada uno, en un lugar atestado de gente, era normal que los instintos se agudizasen, que Jungkook y Taehyung no tuvieran ojos para nadie más que ellos dos, que sus miradas lanzaran chispas y convirtieran un baile en un espectáculo de tensión, todo lleno de instinto y deseo.

Era igual para la mayoría de ellos; en lugares como en el que se encontraban, la atracción podía ser inmediata, bastaba con afinar un poco el olfato para decidir a quién acercarse. Para Jimin era un poco más complicado, si bien su ciudad natal tenía un tamaño considerable y cifras de habitantes bastante altas, él todavía sentía a Seúl más salvaje y viva que Busan. Y también estaba lo que sus padres le habían repetido hasta el cansancio, que en la capital notarían al instante que no era de por allí, que era un omega y un blanco fácil, por lo que debía estar alerta y desconfiar el doble si quería evitar cualquier tipo de incidente.

Entre tantas feromonas y tantos llamados, Jimin no se sentía cómodo del todo, no lograba desprenderse de la preocupación cuando sus amigos se ponían románticos y requerían privacidad, o cuando los demás buscaban a alguien y no había nadie con un ojo sobre él. Esa noche, sin tener idea por qué, Jimin se sentía más irritable de lo usual, por lo que no se animó a buscar otras personas con quien pasar el rato. Decidió que iba beber en una mesa cercana a donde sus amigos bailaban y se besuqueaban, y sabía que terminarían llevándolo a casa cuando notaran que la cantidad de botellas a su alrededor era considerable.

Si bien Jimin amaba bailar y divertirse, él no era como Hoseok, de alma tan libre que podía dar un espectáculo sobre una mesa rodeado de personas, sin temerle al ridículo o las consecuencias. Él era un poco aprensivo y desconfiado, era un omega y en los clubes era normal encontrar alfas idiotas y sin respeto alguno, así que no quería arriesgarse cuando su humor y su predisposición no estaban siendo los mejores.

—No tienes que preocuparte —Jungkook le había gritado cuando él y Taehyung se acercaron sedientos a la mesa desde donde él se encontraba observando todo —Hyung vendrá en poco tiempo, traerá más amigos con él. Se unirán a nosotros, y será una noche fantástica. Te divertirás, no tienes por qué ser un amargado.