Capítulo 1:Dandelions

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Los dientes de león son unas flores curiosas; son increíblemente resilientes prácticamente hacen de cualquier espacio su hogar; ya pesar de esta característica particular cuando están en su esplendor y son de un amarillo brillante; las personas las ignoran, pasan desapercibidas en recónditos lugares y en los peores casos son arrancadas violentamente como maleza; pero una vez que la flor se seca aparece misteriosamente la magia, el trato con ellas cambia bruscamente, ahora verlas es sinónimo de deseo, de fortuna y un sin fin de sinónimos positivos y buenos augurios, ahora arrancarlas se volvió una tarea delicada, pensamos desde lo más profundo de nuestro corazón, lo que anhelamos; somos sinceros porque la flor no nos juzga, un pequeño monólogo entre ella y nosotros y finalmente las soplamos con todas nuestras fuerzas, la flor ha sido destruida; pero a pesar de ese escenario tan cruel la flor lo sabia a su modo, cumplir deseos nunca puede ser tarea fácil, siempre hay un precio que pagar, pero ese precio a veces es vida, como el diente de león ayuda a los soñadores, los soñadores la ayudan a través de sus sueños; esos sueños al aire llegarán a alguna parte, viajaran libres, viviran sus aventuras y en algún momento se detendran y otro diente de León crecerán, es un ciclo sin fin.

Me gusta pensar que las personas a veces somos dientes de león, a fin de cuentas Estamos hechos de sueños y si bien pasamos por circunstancias caóticas y parece que tocaremos fondo, llega un momento en que florecemos, aunque suene divertido es la verdad; nuestros sueños ya veces el de los demás nos nutre y otras veces nos destruyen, a veces somos los soñadores y otras dientes de león.

La vida sería mucho más fácil si la gente se detuviera a nuestros pensamientos en la causa y consecuencia de actos, mire mi reloj 8:34; suspire mis vacilaciones matutinas eran algo que atesoraba, pero lamentablemente no duraban tanto como quisiera, estire mis piernas y me incorpore; en un minuto debería que estar en mi trabajo y mis divagaciones no eran una excusa para los sueños que quería cumplir y los libros que quería comprar.

Hice el trayecto a pie, la plaza donde me detenía a pensar cada mañana estaba a solo unas cuadras de ahí; aparte de los sueños que cargaba en mi corazón y los pensamientos en mi cabeza, las mañanas en solitario eran agradables y la música en mis oídos tranquilizaba mi ansioso cerebro.

Amaba este trabajo, de verdad lo amaba, bueno eso es lo que me gusta creer y me repetía cada mañana cuando me cuestionaba si era lo suficientemente inteligente o si era capaz, a veces era difícil recordarlo, pero siempre aparecía un rayito de luz que me recuerda mis grandes sueños y lo cerca que estoy por cumplirlos. Crecer a veces era agotador.

Llegue con 15 minutos de antelación y prepare mis cosas, hoy sería un día particularmente ajetreado, tenía que presentar mi investigación sobre innovaciones tecnológicas en salud y convencer al dueño de que invirtiera y comprara los dispositivos; suspire, a pesar de que amaba hacer las investigaciones presentarlas me daba terror, tenía mi estómago hecho un nudo, mi cabeza empezaba a maquinar todo lo que podría salir mal, como que pasa si me pregunta ¿Qué tipo de batería usa ?, Lizz ya lo sabes me dije a mi misma, son doble A y si me pregunta ¿Cuánto costaba el proceso de traerlo al país ?, también lo sabes Lizz, me exasperaba la vocecita en mi cabeza que me daba razones para fallar, así que para callarla tenía mi técnica: poner mi playlist favorita mientras hacia grullas de papel;

Los minutos pasaron más rápido de lo que hubiera querido pensé cuando mi teléfono vibró, cogí mis cosas y me encamine a la sala de juntas; no los aburriré con los detalles, pero resultó de maravilla, se decidió invertir en la máquina de perfusión para mantenimiento de órganos, me felicitaron mucho por investigación y todos demasiados amables a mi parecer, incluso el encargado de contabilidad, que siempre era un gruñón escéptico, dijo que el plan de compra estaba bien formulado lo que me sorprendió, siempre me reclamó que los plazos establecidos mal o que había que hacer re ajustes con los presupuestos; una vocecita en mi cabeza decía que ya era hora de que agradecieran todo el trabajo que hacía, pero otra decía que algo iba a ocurrir conmigo y estaban siendo amables por cortesía.

El chico de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora